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1Dios le dijo a Jacob: «Levántate y vete a vivir a Betel. En ese lugar harás un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.»[#Gn 28.11-17.]
2Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que lo acompañaban:
—Saquen todos los dioses extraños que hay entre ustedes, báñense y cámbiense de ropa.
3Vámonos pronto a Betel, pues allá voy a construir un altar en honor del Dios que me ayudó cuando yo estaba afligido, y que me ha acompañado por dondequiera que he andado.
4Ellos le entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían y los aretes que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró debajo de una encina que estaba cerca de Siquem.[#35.4 Estos aretes solían usarse como amuletos, de manera que estaban asociados a ciertas prácticas supersticiosas o idolátricas y, por tanto, debían ser destruidos.; #35.4 Véase Gn 12.6 n.]
5Cuando ellos salieron, Dios hizo que todos los pueblos vecinos tuvieran mucho miedo, y por eso no persiguieron a los hijos de Jacob.
6Jacob y toda la gente que iba con él llegaron a Luz, ciudad que también se llama Betel y que está en Canaán.
7Y construyó un altar, y llamó al lugar El-betel, porque cuando huía de su hermano, Dios se le había aparecido allí.[#35.7 significa, en hebreo, Dios de Betel. Véase Gn 28.17 n.; #35.7 Cf. Gn 28.10-22.]
8También allí murió Débora, la mujer que había cuidado a Rebeca, y la enterraron debajo de una encina, cerca de Betel. Jacob llamó a este lugar «La encina del llanto».
9Cuando Jacob regresaba de Padán-aram, Dios se le apareció otra vez y lo bendijo[#35.9 Véase Gn 25.20 n.]
10de esta manera:
«Tú te llamas Jacob,
pero ya no te llamarás así;
desde hoy tu nombre será Israel.»
Después que Dios le cambió el nombre,
11le dijo:
«Yo soy el Dios todopoderoso;
ten muchos hijos y descendientes.
De ti saldrá una nación y muchos pueblos,
y entre tus descendientes habrá reyes.
12La tierra que les di a Abraham y a Isaac,
también te la doy a ti,
y después de ti se la daré a tus descendientes.»
13Cuando Dios se fue del lugar en donde había hablado con Jacob,
14este tomó una piedra y la puso de pie, como un pilar, en el lugar donde Dios le había hablado; luego la consagró derramando aceite y vino sobre ella,
15y llamó Betel a aquel lugar.[#35.14-15 Cf. Gn 28.18-19.]
16Después se fueron de Betel; pero todavía estaban un poco lejos de Efrata cuando Raquel dio a luz, y tuvo un parto muy difícil.
17En el momento más difícil, la partera le dijo: «No tengas miedo, que has dado a luz otro varón.»
18Pero ella estaba a punto de morir, y en sus últimos suspiros llamó Ben-oní al niño, aunque su padre lo llamó Benjamín.[#35.18 El nombre Ben-oní tiene sonido semejante al de las palabras hebreas que significan hijo de mi tristeza o hijo de mi aflicción .; #35.18 En hebreo, Benjamín suena de modo parecido a la frase que significa hijo de mi derecha, en el sentido de hijo preferido o hijo (heredero) de mi fuerza. Teniendo en cuenta la costumbre de orientarse mirando hacia el este y no hacia el norte, este nombre puede significar también hijo del sur, lo cual coincide con la ubicación de la tribu de Benjamín, al sur del territorio de Efraín.]
19Así fue como Raquel murió, y la enterraron en el camino de Efrata, que ahora es Belén.
20Jacob levantó un monumento sobre su sepulcro, y este es el monumento que todavía señala el sepulcro de Raquel.
21Israel siguió su camino, y acampó más allá de la torre de Éder.
22Estando ya establecido Israel en ese lugar, Rubén fue y se acostó con Bilhá, que era concubina de su padre. Y cuando este lo supo, se enojó muchísimo.[#35.22 según la versión griega (LXX). En el texto hebreo no aparece esta frase.]
Los hijos de Jacob fueron doce.
23Los que tuvo con Lía fueron Rubén, su hijo mayor; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.
24Los que tuvo con Raquel fueron José y Benjamín.
25Los que tuvo con Bilhá, la esclava de Raquel, fueron Dan y Neftalí;
26y los que tuvo con Zilpá, la esclava de Lía, fueron Gad y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que nacieron en Padán-aram.
27Jacob fue a ver a su padre Isaac en Mamré, la ciudad que también se llama Arbá o Hebrón. Allí habían vivido Abraham e Isaac.[#35.27 Véase Gn 13.18 n.]
28Isaac tenía ciento ochenta años cuando murió.
29Fue a reunirse con sus antepasados cuando ya era muy anciano, y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.[#35.29 Véase Gn 25.8 n.]