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1Ustedes, como hijos amados de Dios, procuren imitarlo.[#5.1 Mt 5.48. Imitarlo: en perdonar (4.32) y en amar (5.2).]
2Traten a todos con amor, de la misma manera que Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.[#5.2 Cf. Jn 13.34; 15.12; Gl 2.20.; #5.2 Se hace referencia a la muerte de Jesucristo en los mismos términos en que se habla de los sacrificios en el AT; cf. Ex 29.18 y también Flp 4.18; Heb 10.10. Olor agradable: alusión al humo de los sacrificios que subía al cielo como ofrenda aceptada por Dios; cf. Ez 20.41.]
3Ustedes deben portarse como corresponde al pueblo santo: ni siquiera hablen de la inmoralidad sexual ni de ninguna otra clase de impureza o de avaricia.[#Col 3.5.]
4No digan indecencias ni tonterías ni vulgaridades, porque estas cosas no convienen; más bien alaben a Dios.
5Pues tengan por cierto que quien comete inmoralidades sexuales, o hace cosas impuras, o se deja llevar por la avaricia (que es una especie de idolatría), no puede tener parte en el reino de Cristo y de Dios.[#5.5 Col 3.5. El autor considera que la avaricia o codicia es una especie de idolatría, porque se rinde a las cosas un homenaje que se debe únicamente a Dios.; #1~Co 6.9-10.]
6Que nadie los engañe con palabras huecas, porque precisamente por estas cosas viene el terrible castigo de Dios sobre aquellos que no lo obedecen.[#Col 3.6.]
7No tengan ustedes, pues, ninguna parte con ellos.[#5.7-11 Cf. 2 Co 6.14.]
8Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz,[#5.8 Véase Jn 12.36 nota.]
9pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad.[#Gl 5.22-23.]
10Examinen siempre qué es lo que agrada al Señor.[#Ro 12.2.]
11No compartan la conducta estéril de los que son de la oscuridad; más bien sáquenla a la luz.[#5.11 Cf. Ro 13.12; 1 P 2.9.]
12Pues hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto;
13pero cuando todas las cosas son puestas al descubierto por la luz, quedan en claro,
14porque todo lo que se deja poner en claro, participa de la luz. Por eso se dice:[#Jn 3.20-21.]
«Despierta, tú que duermes;
levántate de entre los muertos,
y Cristo te alumbrará.»
15Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría.
16Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos.[#Col 4.5.]
17No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.[#Ro 12.2.]
18No se emborrachen, pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llénense del Espíritu Santo.[#5.18 Pr 23.31 (gr.). El emborracharse, o estar lleno de vino, se contrapone al llenarse del Espíritu Santo .]
19Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor.
20Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.[#5.19-20 Col 3.16-17; cf. 1 Co 14.26, y véase Col 1.15-20 n.]
21Estén sujetos los unos a los otros, por reverencia a Cristo.[#5.21 En toda esta sección se indica que la sujeción mutua y voluntaria, nacida del amor, es la base de las relaciones domésticas (cf. Mc 10.44; Gl 5.13; Flp 2.3; 1 P 5.5). La unión entre Cristo y su iglesia da a estas relaciones una nueva dimensión.]
22Las esposas deben estar sujetas a sus esposos como al Señor.[#5.22 Col 3.18; cf. 1 Co 14.34; Tit 2.4-5; 1 P 3.1. Deben estar sujetas: Se trata de una sujeción como la que se indica en el v. 21, basada en el amor recíproco; la idea se amplía en 5.25-33.]
23Porque el esposo es cabeza de la esposa, como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo; y él es también su Salvador.[#5.23-24 Cf. 1 Co 11.3. Aquí se combina la figura de la iglesia como cuerpo, cuya cabeza es Cristo, con la de la iglesia como esposa de Cristo (cf. vv. 23-33). La relación de Cristo con la iglesia se presenta como modelo de la relación entre los esposos (vv. 25-29).]
24Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las esposas deben estar en todo sujetas a sus esposos.
25Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella.[#5.25 Col 3.19; 1 P 3.7.; #5.25 Cf. 2 Co 11.2; Ap 19.7-8; 21.2,9.; #5.25 Cf. v. 2; Gl 2.20. Como Cristo amó: El amor de Cristo se presenta como la medida ideal para el amor del esposo hacia la esposa (véase Ef 5.23-24 n.).]
26Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado de la palabra[#5.26 Alusión a las costumbres nupciales del Oriente antiguo. Se bañaba y arreglaba cuidadosamente a la novia, antes de presentarla a su esposo. Aquí es Cristo mismo quien purifica a la iglesia con el baño del bautismo y con la palabra salvadora (cf. Jn 15.3). Cf. también Tit 3.5; 1 P 3.21.]
27para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa y perfecta.[#5.27 Cnt 4.7; Ef 1.4; Col 1.22.]
28De la misma manera deben los esposos amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo.
29Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia,[#5.29 La imagen de la iglesia como esposa y cuerpo de Cristo (vv. 29-30) se apoya en la cita del v. 31.]
30porque ella es su cuerpo. Y nosotros somos miembros de ese cuerpo.[#5.30 Ro 12.5; 1 Co 6.15; 12.27; Col 1.18.]
31«Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.»[#Gn 2.24.]
32Aquí se muestra cuán grande es el designio secreto de Dios. Y yo lo refiero a Cristo y a la iglesia.[#5.32 Véase Ef 1.9 n.; #5.32 El sentido parece ser que el texto de Gn 2.24 adquiere su significado más profundo cuando se lo refiere a la relación entre Cristo y la iglesia, que a su vez es modelo de la relación entre los esposos.]
33En todo caso, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete al esposo.