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1El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
2«No te cases ni tengas hijos en este país.[#16.2 Esta orden del Señor a Jeremías resulta mucho más sorprendente si se tiene en cuenta que el celibato no gozaba de ningún aprecio en el antiguo Israel. Véase, Sal 128 n.]
3Porque yo, el Señor, te voy a decir lo que va a suceder a los hijos que nazcan en este país y a los padres que los tengan.
4Morirán de enfermedades terribles y nadie llorará por ellos ni los enterrará: quedarán tendidos en el suelo como estiércol. La guerra y el hambre acabarán con ellos, y sus cadáveres serán devorados por las aves de rapiña y las fieras.»[#16.4 Véase Jer 7.33 n.]
5El Señor me dijo también: «No entres en una casa donde estén de luto por un muerto; no llores ni muestres tu dolor por él, porque a este pueblo le he retirado mi paz, mi amor y mi misericordia. Yo, el Señor, lo afirmo.[#16.5 Cf. Os 1.6.]
6Grandes y pequeños morirán en este país; nadie les dará sepultura, ni los llorará, ni mostrará dolor por ellos hiriéndose en el cuerpo o rapándose la cabeza.[#16.6 La costumbre de hacerse heridas en el cuerpo o de raparse la cabeza en señal de duelo estaba prohibida por la ley mosaica (cf. Lv 19.28; Dt 14.1). Sin embargo, aquí se presenta como un rito funerario practicado corrientemente.]
7Nadie celebrará banquetes fúnebres para consolar a los parientes, ni aun cuando se trate de la muerte del padre o de la madre.[#16.7 Los parientes del difunto solían ayunar hasta el atardecer (cf. 2 S 1.12; 3.35), y a esa hora los vecinos los consolaban trayéndoles comida y bebida.]
8»Tampoco entres en una casa donde haya un banquete, a sentarte con ellos a comer y beber.
9Porque yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, declaro: Yo haré que terminen en este país los cantos de fiesta y alegría, y los cantos de bodas. Esto pasará en sus propios días, y ustedes mismos lo verán.[#16.9 Jer 7.34; 25.10; Ap 18.23.]
10»Cuando comuniques al pueblo este mensaje, te van a preguntar: “¿Por qué ha ordenado el Señor contra nosotros este mal tan grande? ¿Qué mal hemos hecho? ¿Qué pecado hemos cometido contra el Señor nuestro Dios?”
11Tú contéstales: “El Señor afirma: Esto es porque los antepasados de ustedes me dejaron y se fueron tras otros dioses, para darles culto y adorarlos; a mí me abandonaron y no cumplieron las instrucciones que yo les di.
12Y ustedes han sido peores que sus antepasados, pues cada uno ha seguido tercamente las malas inclinaciones de su corazón y no me ha obedecido.
13Por eso los voy a echar de esta tierra a un país que ni ustedes ni sus antepasados conocían, y allá servirán día y noche a otros dioses, pues no tendré compasión de ustedes.”[#16.10-13 Acerca del recurso al diálogo imaginario entre el profeta y el pueblo, véase 1 R 9.8-9. El pasaje concluye con una referencia al exilio babilónico (v. 13). Cf. Jer 5.19.]
14»Pero vendrá un tiempo —yo, el Señor, lo afirmo— en que ya no jurarán diciendo: “Por la vida del Señor, que sacó a los israelitas de Egipto”,
15sino que dirán: “Por la vida del Señor, que sacó a los israelitas del país del norte y de todos los demás países por donde los había dispersado”. Yo haré que ustedes regresen a su tierra, a la tierra que di a sus antepasados.[#16.14-15 Jer 23.7-8. Estos vv. introducen una nota de esperanza en medio de un contexto bastante sombrío: el Señor hará volver de Babilonia a los cautivos en un éxodo más glorioso y espectacular que la antigua salida de Egipto. Cf. Is 43.16-21; 48.16-21; 51.9-11.]
16»Voy a hacer venir muchos pescadores —yo, el Señor, lo afirmo— para que pesquen a los israelitas. Luego haré venir muchos cazadores para que los cacen y los saquen de todas las montañas y colinas y hasta de las grietas de las rocas.[#16.16 Estas dos metáforas se combinan para poner de relieve la severidad del juicio de Dios a causa de los pecados e infidelidades de su pueblo. Cf. Ez 12.13; 29.4; Am 4.2; Hab 1.14-17.]
17Porque veo todas sus acciones; ninguna queda oculta para mí, ni sus pecados pueden esconderse de mi vista.
18Primero los haré pagar el doble por sus maldades y pecados, porque profanaron mi tierra con sus aborrecibles ídolos muertos, y en toda la tierra que les di como herencia hicieron cosas que yo detesto.»[#16.18 Cf. Is 40.2.; #16.18 Cf. Lv 26.30.]
19Señor, fuerza y protección mía,
mi refugio en el momento de peligro;
a ti vendrán las naciones
desde el extremo de la tierra, y te dirán:
«Solo dioses falsos, inútiles y sin poder
recibieron nuestros padres como herencia.
20¿Puede el hombre hacer sus propios dioses?
¡Entonces esos dioses no son verdaderos!»
21«Por eso, de una vez por todas,
voy a mostrarles mi poder;
así sabrán que mi nombre es el Señor.