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1-2El rey Sedequías envió a Pashur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maaseías, a ver a Jeremías y a decirle: «Por favor, consulta al Señor por nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos está atacando. Tal vez quiera el Señor hacer uno de sus milagros y obligue a Nabucodonosor a retirarse.»[#21.1-2 En varias oportunidades Sedequías de Judá acudió a Jeremías para consultarlo o pedirle que intercediera ante el Señor. Unas veces, como aquí y en Jer 37.3-10, lo hizo por intermedio de emisarios; otras veces él mismo se encontró con el profeta en privado (Jer 37.17-21; 38.14-28).; #21.1-2 Este oficial del reino no es Pashur, hijo de Imer, era sacerdote e inspector en el templo (Jer 20.1). En Jer 38.1-4 se menciona a este oficial entre los funcionarios que acusaron a Jeremías de traición y pidieron su condena a muerte.; #21.1-2 Cf. Jer 29.24-32.; #21.1-2 atacó la ciudad de Jerusalén y la destruyó después de un prolongado asedio (586 a.C.). Cf. 2 R 25.1-11; 2 Cr 36.17-21. Véase Jer 1.14-15 n.; #21.1-2 El rey Sedequías parece aludir a la milagrosa liberación de Jerusalén acaecida un siglo antes, cuando la ciudad fue atacada y sitiada por Senaquerib, rey de Asiria (2 R 18.13—19.37).]
Entonces habló el Señor a Jeremías,
3y este respondió a los enviados de Sedequías: «Díganle a Sedequías
4que el Señor, el Dios de Israel, dice: “Voy a hacer retroceder a las tropas con las que, fuera de las murallas, están ustedes respondiendo al ataque del rey de Babilonia y de los caldeos, y las reuniré en medio de esta ciudad.[#21.4 Lit. las armas de combate .]
5Yo mismo pelearé contra ustedes, con gran despliegue de poder y con ardiente ira y gran furor.[#21.5 En tiempos del éxodo y de la conquista de Canaán, el Señor había combatido a favor de Israel (cf. Ex 15.1-10; Jos 10.9-14; Jue 5.10-11). Ahora se han invertido los papeles, a causa de los pecados del pueblo y de su obstinación en el mal. Véanse Jer 2.23 nota; 9.3(2) nota; 13.23 nota.; #21.5 expresión típica de (Dt 4.34; 5.15; 7.19; 11.2; 26.8). Véase también Jer 7.1-15 n.; #21.5 Dt 29.28(27); Jer 32.37.]
6Mataré a todos los habitantes de esta ciudad; hombres y animales morirán de una peste terrible.
7Después entregaré a Sedequías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor y de sus otros enemigos mortales, junto con sus oficiales y tropas y la gente que haya quedado con vida en la ciudad después de la peste, la guerra y el hambre. Yo haré que los maten a filo de espada, sin piedad ni compasión. Yo, el Señor, lo afirmo.[#21.7 Cf. 2 R 25.6-7.; #21.7 Véanse las referencias en Jer 14.12 n.]
8»”Anuncia también al pueblo que yo, el Señor, digo: Les doy a escoger entre el camino de la vida y el camino de la muerte.[#21.8 Cf. Dt 30.15-19.]
9El que se quede en esta ciudad morirá en la guerra, o de hambre o de peste. En cambio, el que salga y se entregue a los caldeos que están ahora atacando la ciudad, no morirá; al menos podrá salvar su vida.[#Jer 38.2.]
10Porque yo he decidido traer mal en vez de bien sobre esta ciudad. Voy a entregársela al rey de Babilonia, y él le prenderá fuego. Yo, el Señor, lo afirmo.[#Jer 38.17-18.; #21.8-10 Para Jeremías, la nación de Judá ya no podía escapar al juicio de Dios a causa de sus pecados (véanse Jer 2.23 nota; 9.3[2] nota; 13.23 nota), y Babilonia era el instrumento elegido por el Señor para ejecutar sus designios (véase Jer 27.6 n.). Por lo tanto, someterse al rey de Babilonia era obedecer a la voluntad de Dios y la única forma de salvar a la nación del desastre inminente. Sin embargo, muchos contemporáneos de Jeremías no comprendieron el verdadero sentido de su mensaje y lo acusaron de traición a la patria (cf. Jer 38.4).]
11-12»”A la casa real de Judá, a la casa del rey David, dile de mi parte:[#21.11-12 El término casa, en este contexto, equivale a dinastía. Todos los reyes de Judá fueron descendientes del rey David (cf. 2 S 7.16).]
»”‘Escucha el mensaje del Señor:
Haz justicia todos los días;
libra de explotadores a los oprimidos,
no sea que, por tus malas acciones,
mi enojo se encienda como un fuego
y arda sin que nadie pueda apagarlo.
13»”’Ciudad que dominas el valle,[#21.13 El contexto indica que este breve oráculo (vv. 13-14) se refiere a la ciudad de Jerusalén, aunque no la mencione expresamente.]
como peñasco en la llanura,
yo, el Señor, me declaro contra ti.
Ustedes dicen: ¿Quién podrá atacarnos?
¿Quién podrá llegar hasta nuestro refugio?
14Yo los castigaré como merecen sus acciones;
prenderé fuego a sus bosques,
y ese fuego devorará todos los alrededores.
Yo, el Señor, lo afirmo.’”»