The chat will start when you send the first message.
1-2Después de que el rey Jeconías salió al destierro, junto con la reina madre, los criados del palacio, los jefes de Judá y Jerusalén, los artesanos y los cerrajeros, el profeta Jeremías envió desde Jerusalén una carta a los ancianos que quedaban de los desterrados, y a los sacerdotes, profetas y gente que Nabucodonosor había llevado desterrados de Jerusalén a Babilonia.[#29.1-2 Lit. eunucos. En un principio se designaba con este nombre a los siervos que habían sido castrados para que atendieran y custodiaran el harén. Pero los eunucos llegaron a tener tanta importancia en las cortes de los reyes, que el término dejó de usarse exclusivamente en su sentido literal y pasó a designar también a los funcionarios de toda confianza del rey. En Gn 39.1 se llama así a Potifar, que era casado.; #29.1-2 2 R 24.12-16; 2 Cr 36.10.]
3Esta carta fue enviada por medio de Elasá, hijo de Safán, y de Guemarías, hijo de Hilquías, a quienes Sedequías, rey de Judá, había enviado a Babilonia para presentarse ante el rey Nabucodonosor. La carta decía:[#29.3 Véase Jer 26.24 nota.; #29.3 Véase Jer 36.10 n.]
24El Señor ordenó a Jeremías que le dijera a Semaías de Nehelam:
25«El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: “Tú enviaste en tu propio nombre una carta a todo el pueblo que está en Jerusalén, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maaseías, y a todos los demás sacerdotes. En la carta decías a Sofonías:[#29.25 Cf. Jer 21.1-2.]
26El Señor te ha puesto como sacerdote en lugar de Joiadá, para que seas el inspector mayor del templo. Si se presenta un loco y empieza a hablar como profeta, tú debes ponerlo en el cepo y atarlo con cadenas.[#29.26 según versiones antiguas. Heb. para ser los inspectores mayores .]
27¿Por qué, pues, no has reprendido a Jeremías de Anatot, que se ha puesto a hablar ante ustedes como profeta?
28Hasta nos mandó una carta a Babilonia, en la que decía: El destierro va a durar mucho tiempo; construyan casas e instálense, y siembren árboles frutales y coman de su fruto.”»
29El sacerdote Sofonías leyó la carta a Jeremías.
30Entonces el Señor se dirigió al profeta, y le dijo:
31«Manda a decir a todos los que están en el destierro que yo, el Señor, les digo: Puesto que Semaías de Nehelam les ha hablado en mi nombre sin que yo lo haya enviado, y les ha inspirado a ustedes una falsa confianza,
32yo, el Señor, digo que voy a castigar a Semaías y a su descendencia. No tendrá descendientes entre mi pueblo, ni gozará de la felicidad que yo voy a conceder a mi pueblo, porque con sus palabras lo llevó a ponerse en contra mía. Yo, el Señor, lo afirmo.»