Jeremías 39

Jeremías 39

Caída de Jerusalén

(2~R 24.20—25.21; 2~Cr 36.17-21; Jer 52.3-30)

1En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió.[#39.1 diciembre, 589 a.C.]

2El día nueve del mes cuarto del año once del gobierno de Sedequías, el ejército enemigo entró en la ciudad,[#39.2 junio, 587 a.C.]

3y todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y se instalaron en la puerta central. Eran Nergal-sarézer, Samgar-nebó, Sarsequim, alto funcionario de la corte, y otro Nergal-sarézer, también alto funcionario.[#39.3 Estos oficiales actúan como si fueran a constituir una corte judicial o un gobierno militar provisorio. Cf. Jer 40.7.; #39.3 Se desconoce la ubicación de esta puerta. Algunos la identifican con la puerta oriental del atrio interior del templo (cf. Ez 40.32-34).; #39.3 Los nombres y los títulos de estos oficiales no están claros en el texto hebreo. Otra lectura posible: Nergal-sarézer de Simagir, Nebo-sarsequim, el eunuco principal, Nergal-sarézer, el comandante de las tropas, y todos los otros oficiales del rey de Babilonia. Simagir era el nombre de un distrito de Babilonia, del cual Nergal-sarézer parece haber sido gobernador.; #39.3 Este v. no figura en los relatos paralelos de Jer 52 y 2 R 25.]

4Cuando el rey Sedequías y sus soldados vieron lo que pasaba, huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino de los jardines reales, por la puerta situada entre las dos murallas, y tomaron el camino del valle del Jordán.[#39.4 Lit. en dirección al Arabá. Véase Dt 1.1 n.]

5-6Pero los soldados caldeos los persiguieron, y alcanzaron a Sedequías en la llanura de Jericó. Lo capturaron y lo llevaron ante el rey Nabucodonosor, que estaba en Riblá, en el territorio de Hamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia: hizo degollar a los hijos de Sedequías en presencia de este, y también a todos los nobles de Judá.[#39.5-6 ciudad al oeste del Jordán, cerca de la desembocadura de este río en el Mar Muerto. Véase Jos 2.1 nota.; #39.5-6 localidad situada en el territorio de Siria, cerca de la frontera con el Líbano.; #39.5-6 en Siria, sobre el río Orontes. Véase Índice de mapas.]

7En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia.

8Los caldeos prendieron fuego al palacio real y a las casas de la ciudad, y derribaron las murallas de Jerusalén.

9Por último, Nebuzaradán, comandante de la guardia real, llevó desterrados a Babilonia tanto a los habitantes de la ciudad que aún quedaban como a los que se habían pasado a los caldeos; en fin, a todo el pueblo.

10Solo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, de los que no tenían nada, y ese día les dio viñedos y campos de cultivo.

Jeremías es puesto en libertad

11El rey Nabucodonosor de Babilonia dio a Nebuzaradán, comandante de la guardia, las siguientes órdenes respecto de Jeremías:

12«Tómalo bajo tu cuidado, y no lo trates mal, sino dale todo lo que te pida.»

13Entonces Nebuzaradán, junto con Nebusazbán y Nergal-sarézer, dos altos funcionarios de la corte, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia,

14mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo pusieron bajo el cuidado de Guedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, para que lo llevaran a su casa. Así pues, Jeremías se quedó a vivir entre el pueblo.[#39.14 Véase 26.24 nota.; #39.14 Lit. la casa. La expresión se refiere probablemente a la residencia del gobernador en Mispá (cf. Jer 41.1-3).]

Promesas a Ébed-mélec

15Cuando Jeremías estaba todavía preso en el patio de la guardia, el Señor se dirigió a él, y le dijo:[#39.15 Cf. Jer 38.28.]

16«Ve y dile a Ébed-mélec, el etiope: “El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: Voy a cumplir lo que le he anunciado a esta ciudad, para su mal y no para su bien. Cuando esto suceda, tú estarás presente.[#39.16 Cf. Jer 38.7-13.]

17Pero yo te protegeré, para que no caigas en poder de esa gente a la que temes. Yo, el Señor, lo afirmo.

18Yo te libraré de que te maten. Podrás escapar con vida, porque confiaste en mí. Yo, el Señor, lo afirmo.”»[#39.18 Véase Jer 45.5 n.]

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies