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1Jesús dijo a sus discípulos: «No se puede evitar que haya incitaciones al pecado; pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás![#17.1 en griego skandalon (de donde se derivó la palabra castellana escándalo) significa tropiezo o trampa, símbolo de aquello que incita al pecado o a la pérdida de la fe.]
2Mejor le sería que lo echaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeñitos.[#17.2 Puede referirse aquí a los niños, o bien a los discípulos de Jesús en general. Cf. Mt 18.6 n.]
3¡Tengan cuidado![#17.3 Puede entenderse en relación con las palabras que siguen, o bien, como en esta versión, como una solemne advertencia ligada al v. 2.]
»Si tu hermano peca, repréndelo; pero si cambia de actitud, perdónalo.
4Aunque peque contra ti siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: “No lo volveré a hacer”, debes perdonarlo.»[#17.4 número que simboliza la perfección, indica aquí un número sin límite; cf. Mt 18.21-22.]
5Los apóstoles pidieron al Señor:
—Danos más fe.
6El Señor les contestó:
—Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Arráncate de aquí y plántate en el mar”, y les haría caso.
7»Si uno de ustedes tiene un criado que regresa del campo después de haber estado arando o cuidando el ganado, ¿acaso le dice: “Pasa y siéntate a comer”?
8No, sino que le dice: “Prepárame la cena, y dispónte a atenderme mientras yo como y bebo. Después podrás tú comer y beber.”
9Y tampoco le da las gracias al criado por haber hecho lo que le mandó.
10Así también ustedes, cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios les manda, deberán decir: “Somos servidores inútiles, porque no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación.”[#17.7-10 traducciones de una palabra griega que equivale a esclavo; sobre la esclavitud, véase Col 3.22 n.]
11En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea.[#17.11 Véase Lc 9.51—19.27 n.]
12Y llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él[#17.12 Véase Índice temático .]
13gritando:
—¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!
14Cuando Jesús los vio, les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes.
Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad.
15Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios a grandes voces,
16y se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria.[#17.16 Véase Lc 10.33 n.]
17Jesús dijo:
—¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve?
18¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
19Y le dijo al hombre:
—Levántate y vete; por tu fe has sido sanado.
20Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo había de llegar el reino de Dios, y él les contestó:
—La venida del reino de Dios no es algo que todo el mundo pueda ver.
21No se va a decir: “Aquí está”, o “Allí está”; porque el reino de Dios ya está entre ustedes.[#17.20-21 Mc 13.21. Entre ustedes: otras traducciones propuestas: dentro de ustedes, o al alcance de ustedes .]
22Y dijo a sus discípulos:
—Llegará el tiempo en que ustedes querrán ver siquiera uno de los días del Hijo del hombre, y no lo verán.
23Algunos dirán: “Aquí está”, o “Allí está”; pero no vayan ni los sigan.
24Porque así como el relámpago, al brillar, ilumina el cielo de uno a otro lado, así será el Hijo del hombre en el día de su regreso.[#17.24 Lit. en su día. Algunos mss. omiten esta frase.]
25Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de este tiempo.
26Como pasó en los tiempos de Noé, así pasará también en los días en que regrese el Hijo del hombre.[#17.26-27 Gn 6.5-12; 7.6-24. Las historias de Noé y de Lot (vv. 28-29) se consideraban, respectivamente, como ejemplos clásicos de la salvación de los justos y del castigo de los malos.]
27La gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en la barca, y llegó el diluvio y todos murieron.
28Lo mismo sucedió en los tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, sembraba y construía casas;[#17.28-29 Gn 18.20—19.25.]
29pero cuando Lot salió de la ciudad de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y todos murieron.
30Así será el día en que el Hijo del hombre aparezca.
31»En aquel día, el que se encuentre en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa.[#17.31 Véase Mt 24.17 n.; #Mt 24.17-18; Mc 13.15-16.]
32Acuérdense de la mujer de Lot.[#17.32 Gn 19.26, entendido aquí como una exhortación a no volver atrás (v. 31).]
33El que trate de conservar su vida, la perderá; pero el que la pierda, la conservará.[#17.33 Mt 10.39; 16.25; Mc 8.35; Jn 12.25. Lucas, que ya había incluido este dicho en un contexto anterior (Lc 9.24), lo relaciona aquí con la amonestación del v. 31.]
34»Les digo que en aquella noche, de dos que estén en una misma cama, uno será llevado y el otro será dejado.
35De dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra será dejada.»[#17.35 Algunos mss. añaden el v. 36: De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado, frase tomada de Mt 24.40.]
37Le preguntaron entonces:
—¿Dónde ocurrirá eso, Señor?
Y él les contestó:
—Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.