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1Jesús se fue de allí a su propia tierra, y sus discípulos fueron con él.[#6.1 Nazaret, en Galilea.]
2Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga. Y muchos oyeron a Jesús, y se preguntaron admirados:[#6.2 Véase Mc 1.21 nota.]
—¿Dónde aprendió este tantas cosas? ¿De dónde ha sacado esa sabiduría y los milagros que hace?
3¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros?[#6.3 Jn 6.42. Según Mt 13.55, José, el esposo de María, era carpintero; el vocablo griego también significa albañil .; #6.3 Véase Mt 12.46 n.]
Y no tenían fe en él.
4Pero Jesús les dijo:
—En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra, entre sus parientes y en su propia casa.
5No pudo hacer allí ningún milagro, aparte de poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos.
6Y estaba asombrado porque aquella gente no creía en él.
Jesús recorría las aldeas cercanas, enseñando.
7Llamó a los doce discípulos, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros.[#Mc 3.14-15.]
8Les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino solamente un bastón. No debían llevar pan ni provisiones ni dinero.
9Podían ponerse sandalias, pero no llevar ropa de repuesto.[#6.9 Lit. no llevar dos túnicas .]
10Les dijo:
—Cuando entren ustedes en una casa, quédense allí hasta que se vayan del lugar.
11Y si en algún lugar no los reciben ni los quieren oír, salgan de allí y sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.[#6.11 gesto de rechazo (Mt 10.14); cf. Hch 13.51.; #Lc 10.4-11.]
12Entonces salieron los discípulos a decirle a la gente que se volviera a Dios.
13También expulsaron muchos demonios, y curaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.[#6.13 El aceite de oliva era un remedio casero muy conocido (Is 1.6; Lc 10.34), pero aquí ungir con aceite tiene además un carácter simbólico relacionado con la curación milagrosa. Véase también Stg 5.14 nota.]
14El rey Herodes oyó hablar de Jesús, cuya fama había corrido por todas partes. Pues unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, y por eso tiene este poder milagroso.»[#6.14 Herodes Antipas, quien gobernó en Galilea; véase Mt 14.1 n.]
15Otros decían: «Es el profeta Elías.»
Y otros: «Es un profeta, como los antiguos profetas.»
16Al oír estas cosas, Herodes decía:
—Ese es Juan. Yo mandé cortarle la cabeza y ahora ha resucitado.
17Es que, por causa de Herodías, Herodes había mandado arrestar a Juan, y lo había hecho encadenar en la cárcel. Herodías era esposa de Filipo, hermano de Herodes, pero Herodes se había casado con ella.[#6.17 Herodes se había casado con la esposa de su medio hermano Filipo; véase Mt 14.3 n. Encarceló a Juan el Bautista el año 27 ó 28 d.C.]
18Y Juan había dicho a Herodes: «No debes tener como tuya a la mujer de tu hermano.»[#6.17-18 Lc 3.19-20; cf. Lv 18.16; 20.21.]
19Herodías odiaba por eso a Juan, y quería matarlo; pero no podía,
20porque Herodes le tenía miedo, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Y aunque al oírlo se quedaba sin saber qué hacer, Herodes escuchaba a Juan de buena gana.[#6.20 Algunos mss. dicen hacía muchas cosas .]
21Pero Herodías vio llegar su oportunidad cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus jefes y comandantes y a las personas importantes de Galilea.
22La hija de Herodías entró en el lugar del banquete y bailó, y el baile gustó tanto a Herodes y a los que estaban cenando con él, que el rey dijo a la muchacha:[#6.22 Algunos mss. dicen Herodías, la hija de Herodes .]
—Pídeme lo que quieras, y te lo daré.
23Y le juró una y otra vez que le daría cualquier cosa que pidiera, aunque fuera la mitad del país que él gobernaba.
24Ella salió, y le preguntó a su madre:
—¿Qué pediré?
Le contestó:
—Pídele la cabeza de Juan el Bautista.
25La muchacha entró de prisa donde estaba el rey, y le dijo:
—Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
26El rey se puso muy triste; pero como había hecho un juramento en presencia de sus invitados, no quiso negarle lo que le pedía.
27Así que mandó en seguida a un soldado con la orden de llevarle la cabeza de Juan. Fue el soldado a la cárcel, le cortó la cabeza a Juan
28y se la llevó en un plato. Se la dio a la muchacha, y ella se la entregó a su madre.
29Cuando los seguidores de Juan lo supieron, recogieron el cuerpo y se lo llevaron a enterrar.
30Después de esto, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.[#6.30 (Mt 10.1-2 n.) se reunieron con Jesús al regresar de la misión narrada en 6.7-13.]
31Jesús les dijo:
—Vengan, vamos nosotros solos a descansar un poco en un lugar tranquilo.
Porque iba y venía tanta gente, que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer.
32Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado.[#6.32 Algún lugar en la orilla nordeste del Lago de Galilea (véase 6.45 n.).]
33Pero muchos los vieron ir, y los reconocieron; entonces de todos los pueblos corrieron allá, y llegaron antes que ellos.
34Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud, y sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.[#6.34 Cf. Nm 27.16-17; 1 R 22.17; Jer 50.6-7; Ez 34.5; Zac 10.2; Mt 9.36.]
35Por la tarde, sus discípulos se le acercaron y le dijeron:
—Ya es tarde, y este es un lugar solitario.
36Despide a la gente, para que vayan por los campos y las aldeas de alrededor y se compren algo de comer.
37Pero Jesús les contestó:
—Denles ustedes de comer.
Ellos respondieron:
—¿Quieres que vayamos a comprar pan por el equivalente al salario de doscientos días, para darles de comer?
38Jesús les dijo:
—¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a verlo.
Cuando lo averiguaron, le dijeron:
—Cinco panes y dos pescados.
39Entonces les mandó que hicieran sentar a la gente en grupos sobre la hierba verde;
40y se sentaron en grupos de cien y de cincuenta.
41Luego Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que los repartieran entre la gente. Repartió también los dos pescados entre todos.[#6.41 Véase Mt 14.19 n.]
42Todos comieron hasta quedar satisfechos;
43recogieron los pedazos sobrantes de pan y de pescado, y con ellos llenaron doce canastas.[#6.42-43 Cf. 2 R 4.43-44.]
44Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.
45Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca para que cruzaran el lago antes que él, en dirección a Betsaida, mientras él despedía a la gente.[#6.45 El texto es poco claro en cuanto a la situación geográfica. Betsaida, en la orilla nordeste del lago, quedaba a corta distancia.]
46Y cuando la hubo despedido, se fue al cerro a orar.
47Al llegar la noche, la barca ya estaba en medio del lago. Jesús, que se había quedado solo en tierra,
48vio que remaban con dificultad, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, fue Jesús hacia ellos caminando sobre el agua, y ya iba a pasar junto a ellos.[#6.48 Lit. cerca de la cuarta vigilia, o sea entre 3 y 6 a.m. Según el sistema romano, la noche se dividía en cuatro periodos o vigilias.]
49Cuando lo vieron andar sobre el agua, pensaron que era un fantasma, y gritaron;
50porque todos lo vieron y se asustaron. Pero en seguida él les habló, diciéndoles:
—¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
51Subió a la barca, y se calmó el viento; y ellos se quedaron muy asombrados,
52porque no habían entendido el milagro de los panes, pues tenían el entendimiento oscurecido.
53Cruzaron el lago y llegaron a la tierra de Genesaret, donde amarraron la barca a la orilla.[#6.53 llanura fértil en la orilla noroeste del Lago de Galilea.]
54Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús.
55Corrieron por toda aquella región, y comenzaron a llevar en camillas a los enfermos a donde oían decir que estaba Jesús.
56Y dondequiera que él entraba, ya fuera en las aldeas, en los pueblos o en los campos, ponían a los enfermos en las calles y le rogaban que los dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban, quedaban sanos.