Salmos 92

Salmos 92

SALMO 92 (91)

Un canto de alabanza

11 (2) Altísimo Señor,

¡qué bueno es darte gracias

y cantar himnos en tu honor!

22 (3) Anunciar por la mañana y por la noche

tu gran amor y fidelidad,

33 (4) al son de instrumentos de cuerda,

con música suave de arpa y de salterio.

44 (5) Oh Señor,

¡tú me has hecho feliz con tus acciones!

¡Tus obras me llenan de alegría!

55 (6) Oh Señor,

¡qué grandes son tus obras!,

¡qué profundos tus pensamientos!

66 (7) ¡Solo los necios no pueden entenderlo![#92.6 (7) término típico de la literatura sapiencial; se refiere especialmente a los que se niegan a comprender los secretos de la sabiduría divina y, por eso, pueden ser reprobados a causa de su ignorancia (Sal 32.9; 73.21-22; 94.8; cf. 1 Co 1.20-21). Véase también Sal 14.1 n.]

77 (8) Si los malvados y malhechores

crecen como la hierba, y prosperan,

es solo para ser destruidos para siempre.

88 (9) Pero tú, Señor, por siempre estás en lo alto.

99 (10) Una cosa es cierta, Señor:

que tus enemigos serán destruidos;

que todos los malhechores serán dispersados.

1010 (11) Tú aumentas mis fuerzas

como las fuerzas de un toro,

y viertes perfume sobre mi cabeza.

1111 (12) He de ver cómo caen mis enemigos;

¡he de oír las quejas de esos malvados!

1212 (13) Los buenos florecen como las palmas

y crecen como los cedros del Líbano.

1313 (14) Están plantados en el templo del Señor;

florecen en los atrios de nuestro Dios.

1414 (15) Aun en su vejez, darán fruto;

siempre estarán fuertes y lozanos,

1515 (16) y anunciarán que el Señor, mi protector,

es recto y no hay en él injusticia.

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies