Sofonías 1

Sofonías 1

1Este es el mensaje que el Señor dirigió a Sofonías en el tiempo en que Josías, hijo de Amón, era rey de Judá. Sofonías era hijo de Cusí, este de Guedalías, este de Amarías y este de Ezequías.[#1.1 fue rey de Judá entre los años 640 y 609 a.C. Cf. 2 R 22.1—23.30; 2 Cr 34.1—35.27.; #1.1 Éste es el único libro profético que presenta la genealogía del profeta hasta la cuarta generación, tal vez para indicar que Sofonías era una persona de alto rango. En otros pasajes (cf. Gn 10.6), la palabra Cusí designa a los habitantes de Cus, es decir, a los etiopes; pero aquí, lo mismo que en Jer 36.14, se trata de un nombre propio. Algunos identifican a Ezequías con el monarca del mismo nombre (cf. 2 R 18.1); tal identificación es bastante dudosa, porque ese nombre era bastante común en aquella época y porque el texto no le da el título de rey.]

2Esto afirma el Señor:[#1.2—2.3 Estos vv. se refieren en forma poética al Día del Señor, tema central del libro de Sofonías. En ese Día, que aquí es descrito como un gran sacrificio (v. 7), Dios juzgará a toda la tierra (vv. 2-3), destruirá los cultos idolátricos (vv. 4-7) y castigará a los jefes del pueblo (vv. 8-9), a los malos comerciantes (vv. 10-11) y a los que se despreocupan de Dios (v. 12). Véase Am 5.18 nota.]

«Voy a destruir completamente

todo lo que hay sobre la tierra.

3Destruiré a los hombres y los animales, destruiré las aves y los peces,[#1.3 Cf. Os 4.3.]

pondré tropiezo a los malvados

y eliminaré de la tierra al hombre.»

Esto afirma el Señor:

4«Extenderé mi mano contra el pueblo de Judá[#1.4 Is 5.25; 23.11; Jer 6.12; 15.6; Ez 6.14; 14.9,13.]

y contra todos los que viven en Jerusalén.

Borraré de este lugar todo rastro

del falso dios Baal,

y hasta el nombre de sus sacerdotes.

5Destruiré a los que suben a las azoteas

para adorar a los astros,

y a los que se arrodillan

jurando al mismo tiempo por mi nombre

y por el nombre del dios Milcom.

6También destruiré a los que se apartan de mí,

a los que no me buscan ni acuden a consultarme.»

7¡Guarden silencio en presencia del Señor,[#1.7 Cf. Hab 2.20; Zac 2.13.]

porque el día del Señor está cerca!

¡El Señor ha dispuesto un sacrificio

y ha consagrado a sus invitados!

8«En el día del sacrificio

castigaré a los jefes —dice el Señor—,

a los hijos del rey

y a todos los que visten ropa extraña.

9También castigaré en aquel día

a los que saltan sobre los umbrales,

y a los que llenan de violencia y engaños

la casa de sus amos.»

10Esto afirma el Señor:

«En aquel día se oirán gritos de socorro

desde la Puerta de los Pescados.

Gritará la gente en el Segundo Barrio

y habrá gran ruido de derrumbes desde las colinas.

11¡Aúllen ustedes, habitantes del Barrio del Mortero,[#1.11 situado presumiblemente al sur de la ciudad, aunque se desconoce su ubicación exacta.]

porque todos los comerciantes van a morir,

todos los que trafican con dinero van a ser destruidos!

12»En aquel tiempo tomaré una lámpara

y registraré Jerusalén.

Castigaré entonces a la gente

que se siente tranquila

como el vino reposado,

y que se dice a sí misma:

“¡El Señor no hará nada, ni bueno ni malo!”

13Por eso, sus tesoros serán saqueados

y sus casas destruidas.

Construirán casas, pero no vivirán en ellas;

plantarán viñas, pero no beberán de su vino.»

14¡Ya está cerca el gran día del Señor![#1.14-18 Is 13.6; Ez 30.2-3; Jl 1.15.]

¡Ya está cerca, viene de prisa!

El estruendo del día del Señor será amargo:

¡hasta los más valientes gritarán entonces!

15Será un día de ira,

de angustia y aflicción,

de ruina y desolación,

de oscuridad y tinieblas,

de nublado y sombras profundas;

16será un día de trompeta y de clamor

contra las ciudades fortificadas

y sus altas torres.

17Dice el Señor:

«Pondré en apuros a la gente.

Caminarán como ciegos,

porque pecaron contra mí.

Su sangre será derramada como polvo,

y su carne amontonada como estiércol.»

18En el día de la ira del Señor,

no salvará a la gente ni su plata ni su oro,

porque el fuego del enojo del Señor

consumirá todo el país.

¡Todos los habitantes de la tierra

quedarán destruidos en un solo instante!

Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.
Published by: United Bible Societies