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1David se reunió en Jerusalén con todas las autoridades de Israel, o sea, con todos los jefes de las tribus, los comandantes de las divisiones que servían al rey, los jefes de mil y cien soldados, los administradores de las propiedades, del ganado y de los hijos del rey, los funcionarios de palacio, los militares y la gente importante.
2El rey David se puso de pie y dijo:
11En seguida, David le entregó a Salomón los planos de la construcción. Esos planos mostraban el corredor del frente, el edificio principal, los depósitos, los salones de arriba, los salones internos y el salón para la cubierta del cofre.
12David le enseñó también a Salomón lo que tenía en mente para los patios del templo del SEÑOR, para los cuartos de alrededor, para los tesoros del templo de Dios y para los depósitos de las ofrendas sagradas.
13David también le explicó a Salomón todo lo necesario con respecto a los turnos de los sacerdotes y a los levitas, al trabajo de servicio en el templo del SEÑOR y a los utensilios del servicio en el templo del SEÑOR.
14David le mostró a Salomón cómo medir el oro y la plata para los utensilios y todos los demás objetos que se pudieran necesitar en cualquier actividad de servicio.
15Igualmente, le mostró cómo medir la cantidad de oro y plata para los candelabros según su uso.
16Y le enseñó cómo medir el oro y la plata para cada una de las mesas donde se pone el pan consagrado.
17También le indicó la medida de oro y plata para cada tenedor, cada tazón y cada jarra.
18David también le mostró a Salomón la cantidad de oro refinado para el altar de ofrendas y el proyecto para el carruaje dorado que tenía el ángel con alas extendidas para cubrir el cofre del pacto del SEÑOR.
19David le entregó todo a Salomón por escrito. Eso se escribió según las instrucciones que el SEÑOR le dio a David para que entendiera todas y cada una de las especificaciones y detalles de los planos.
20David le dijo a Salomón: «Hijo, ¡ten valor, actúa con firmeza, y manos a la obra! No tengas miedo, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, siempre estará a tu lado, nunca te abandonará. Al contrario, él te ayudará hasta completar todo el trabajo que se necesite para el servicio del templo del SEÑOR.
21Aquí están los turnos de los sacerdotes y de los levitas para el servicio en el templo de Dios. También tienes a tu disposición a todos los expertos en cualquier clase de trabajo. Los líderes del pueblo estarán totalmente listos para cumplir tus órdenes».