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1DESPUÉS llegó á Derbe, y á Listra: y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía fiel, mas de padre Griego.[#14.6.; #17.14,15 y 18.5 y 19.22 y 20.4. 1 Ti. 1.2,18. 2 Ti. 1.2.; #2 Ti. 1.5.]
2De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
3Este quiso Pablo que fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era Griego.[#1 Co. 9.20. Ga. 2.3 y 5.2.]
4Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.[#15.28,29.]
5Así que, las iglesias eran confirmadas en fe, y eran aumentadas en número cada día.[#15.41.]
6Y pasando á Phrygia y la provincia de Galacia, les fué prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.[#18.23. 1 Co. 16.1. Ga. 1.2 y 3.1.]
7Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia; mas el Espíritu no les dejó.
8Y pasando á Misia, descendieron á Troas.[#20.5,6.]
9Y fué mostrada á Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa á Macedonia, y ayúdanos.
10Y como vió la visión, luego procuramos partir á Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
11Partidos pues de Troas, vinimos camino derecho á Samotracia, y el día siguiente á Neápolis;
12Y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.[#Fil. 1.1.; #21]
13Y un día de sábado salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos á las mujeres que se habían juntado.[#13.14.]
14Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.[#Ap. 1.11.]
15Y cuando fué bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y constriñónos.[#11.14.]
16Y aconteció, que yendo nosotros á la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.
17Esta, siguiendo á Pablo y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.
18Y esto hacía por muchos días; mas desagradando á Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
19Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas, y los trajeron al foro, al magistrado;[#19.25,26.]
20Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,[#17.6.]
21Y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.[#12]
22Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.[#1 Ts. 2.2.]
23Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia:[#2 Co. 6.5.]
24El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.
25Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
26Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos se soltaron.[#4.31.; #5.19 y 12.7,10.]
27Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
28Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.
29El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
30Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
31Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.[#Jn. 6.47.; #11.14.]
32Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estaban en su casa.
33Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
34Y llevándolos á su casa, les puso la mesa: y se gozó de que con toda su casa había creído á Dios.
35Y como fué de día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir á aquellos hombres.
36Y el carcelero hizo saber estas palabras á Pablo: Los magistrados han enviado á decir que seás sueltos: así que ahora salid, é id en paz.
37Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin ser condenados, siendo hombres Romanos, nos echaron en la cárcel; y ¿ahora nos echan encubiertamente? No, de cierto, sino vengan ellos y sáquennos.[#22.25.]
38Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oído que eran Romanos.[#22.29.]
39Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.[#Mt. 8.34.]
40Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.[#14]