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1DESCIENDE, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia, siéntate en la tierra sin trono, hija de los Caldeos: que nunca más te llamarán tierna y delicada.[#Jer. 48.18.; #Sal. 137.8.; #5. 23.13.]
2Toma el molino, y muele harina: descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.[#Ex. 11.5. Jue. 16.21.; #2 S. 10.4. 20.4 y 32.11]
3Descubierta será tu vergüenza, y tu deshonor será visto: tomaré venganza, y no encontraré hombre.[#Ro. 12.19.]
4Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.[#43.14. Jer. 50.34.]
5Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los Caldeos: porque nunca más te llamarán señora de reinos.[#7]
6Enojéme contra mi pueblo, profané mi heredad, y entreguélos en tu mano: no les hiciste misericordias; sobre el viejo agravaste mucho tu yugo.[#Zac. 1.15.; #43.28.; #Dt. 28.50.]
7Y dijiste: Para siempre seré señora: y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.[#Dt. 32.29.]
8Oye pues ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.[#45.6,18 y 46.9.; #Ap. 18.7.]
9Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez: en toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.[#Nah. 3.4.]
10Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y no más.
11Vendrá pues sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás: caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar: y destrucción que no sabrás, vendrá de repente sobre ti.
12Estáte ahora en tus encantamentos, y con la multitud de tus agüeros, en los cuales te fatigaste desde tu niñez; quizá podrás mejorarte, quizá te fortificarás.[#19.3.]
13Haste fatigado en la multitud de tus consejos. Parezcan ahora y defiéndante los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que contaban los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.[#57.10.; #44.25. Dn. 2.2.]
14He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre á la cual se sienten.[#Nah. 1.10. Mal. 4.1.]
15Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, tus negociantes desde tu niñez: cada uno echará por su camino, no habrá quien te salve.[#Ap. 18.3.]