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1Y AQUEL día, saliendo Jesús de casa, se sentó junto á la mar.[#Mr. 4.1-12.]
2Y se allegaron a él muchas gentes; y entrándose él en el barco, se sentó, y toda la gente estaba á la ribera.[#Lc. 8.4-10.]
3Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí el que sembraba salió á sembrar.
4Y sembrando, parte de la simiente cayó junto al camino; y vinieron las aves, y la comieron.
5Y parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y nació luego, porque no tenía profundidad de tierra:
6Mas en saliendo el sol, se quemó; y secóse, porque no tenía raíz.
7Y parte cayó en espinas; y las espinas crecieron, y la ahogaron.
8Y parte cayó en buena tierra, y dió fruto, cuál a ciento, cuál á sesenta, y cuál á treinta.[#Gn. 26.12.]
9Quien tiene oídos para oir, oiga.[#11.15.]
10Entonces, llegándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?
11Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros es concedido saber los misterios del reino de los cielos; mas á ellos no es concedido.[#11.25.]
12Porque á cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.[#25.29. Mr. 4.25. Lc. 8.18 y 19.26.]
13Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.
14De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:
De oído oiréis, y no entenderéis;
Y viendo veréis, y no miraréis.
15Porque el corazón de este pueblo está engrosado,
Y de los oídos oyen pesadamente,
Y de sus ojos guiñan:
Para que no vean de los ojos,
Y oigan de los oídos,
Y del corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
16Mas bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron: y oir lo que oís, y no lo oyeron.[#He. 11.13. 1 P. 1.10,11.]
18Oid, pues, vosotros la parábola del que siembra:[#Mr. 4.13-20. Lc. 8.11-15.]
19Oyendo cualquiera la palabra del reino, y no entendiéndola, viene el malo, y arrebata lo que fué sembrado en su corazón: éste es el que fué sembrado junto al camino.[#4.23 y 8.12.]
20Y el que fué sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y luego la recibe con gozo.[#Mr. 1.30.; #Mr. 6.20.]
21Mas no tiene raíz en sí, antes es temporal que venida la aflicción ó la persecución por la palabra, luego se ofende.[#Mr. 6.25.; #11.6.]
22Y el que fué sembrado en espinas, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la palabra, y hácese infructuosa.[#19.23. 2 Ti. 4.10.]
23Mas el que fué sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y el que lleva fruto: y lleva uno á ciento, y otro á sesenta, y otro á treinta.
24Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo:[#Mr. 4.26-29.]
25Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fué.
26Y como la hierba salió é hizo fruto, entonces apareció también la cizaña.
27Y llegándose los siervos del padre de la familia, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu campo? ¿de dónde, pues, tiene cizaña?
28Y él les dijo: Un hombre enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la cojamos?
29Y él dijo: No; porque cogiendo la cizaña, no arranquéis también con ella el trigo.
30Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré á los segadores: Coged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi alfolí.
31Otra parábola les propuso, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que tomándolo alguno lo sembró en su campo:[#Mr. 4.30-32. Lc. 13.18,19.; #17.20.]
32El cual á la verdad es la más pequeña de todas las simientes; mas cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
33Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante á la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudo.[#Lc. 13.20,21.]
34Todo esto habló Jesús por parábolas á las gentes, y sin parábolas no les hablaba:[#Mr. 4.33,34.]
35Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo:
Abriré en parábolas mi boca;
Rebosaré cosas escondidas desde la fundación del mundo.
36Entonces, despedidas las gentes, Jesús se vino á casa; y llegándose á él sus discípulos, le dijeron: Decláranos la parábola de la cizaña del campo.[#1; #24-30]
37Y respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena simiente es el Hijo del hombre;
38Y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo;[#Mr. 16.15,20.; #8.12.; #Jn. 8.44. Hch. 13.10. 1 Jn. 3.8,10.]
39Y el enemigo que la sembró, es el diablo; y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.[#Jl. 3.13. Ap. 14.15.; #28.20.]
40De manera que como es cogida la cizaña, y quemada al fuego, así será en el fin de este siglo.
41Enviará el Hijo del hombre sus ángeles, y cogerán de su reino todos los escándalos, y los que hacen iniquidad,[#24.31.]
42Y los echarán en el horno de fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.[#3.12. Ap. 9.2 y 19.20 y 20.10.; #8.12.]
43Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre: el que tiene oídos para oir, oiga.[#26.29.]
44Además, el reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; el cual hallado, el hombre lo encubre, y de gozo de ello va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.[#Fil. 3.7,8.; #Ap. 3.18.]
45También el reino de los cielos es semejante al hombre tratante, que busca buenas perlas;
46Que hallando una preciosa perla, fué y vendió todo lo que tenía, y la compró.
47Asimismo el reino de los cielos es semejante á la red, que echada en la mar, coge de todas suertes de peces:[#38. 4.19.; #22.10 y 25.2.]
48La cual estando llena, la sacaron á la orilla; y sentados, cogieron lo bueno en vasos, y lo malo echaron fuera.
49Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán á los malos de entre los justos,[#25.32.]
50Y los echarán en el horno del fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.
51Díceles Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos responden: Sí, Señor.
52Y él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos, es semejante á un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.[#23.34.]
53Y aconteció que acabando Jesús estas parábolas, pasó de allí.
54Y venido á su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban atónitos, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría, y estas maravillas?[#Mr. 6.1-6.; #2.23. Lc. 4.23.; #7.28.]
55¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?[#Lc. 3.23 y 4.22. Jn. 6.42.; #Mr. 6.3.; #12.46.; #Ga. 1.19.]
56¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?
57Y se escandalizaban en él. Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra y en su casa.[#11.6.; #Lc. 4.24. Jn. 4.44.]
58Y no hizo allí muchas maravillas, a causa de la incredulidad de ellos.[#Mr. 6.5,6. Lc. 4.23-27.; #Mr. 9.23.]