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1CUANDO te sentares á comer con algún señor,
Considera bien lo que estuviere delante de ti;
2Y pon cuchillo á tu garganta,
Si tienes gran apetito.
3No codicies sus manjares delicados,
Porque es pan engañoso.
4No trabajes por ser rico;[#15.27 y 28.20. Mt. 6.19. 1 Ti. 6.9,10. He. 13.5.]
Pon coto á tu prudencia.
5¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas?
Porque hacerse han alas,
Como alas de águila, y volarán al cielo.
6No comas pan de hombre de mal ojo,[#Sal. 141.4.; #Dt. 15.9.]
Ni codicies sus manjares:
7Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él.
Come y bebe, te dirá;
Mas su corazón no está contigo.
8Vomitarás la parte que tú comiste,[#25.16.]
Y perderás tus suaves palabras.
9No hables á oídos del necio;
Porque menospreciará la prudencia de tus razones.
10No traspases el término antiguo,[#22.28.]
Ni entres en la heredad de los huérfanos:
11Porque el defensor de ellos es el Fuerte,[#22.23. Job 31.21,22.]
El cual juzgará la causa de ellos contra ti.
12Aplica tu corazón á la enseñanza,
Y tus oídos á las palabras de sabiduría.
13No rehuses la corrección del muchacho:[#13.24.]
Porque si lo hirieres con vara, no morirá.
14Tú lo herirás con vara,
Y librarás su alma del infierno.
15Hijo mío, si tu corazón fuere sabio,
También á mí se me alegrará el corazón;
16Mis entrañas también se alegrarán,
Cuando tus labios hablaren cosas rectas.
17No tenga tu corazón envidia de los pecadores,[#Sal. 37.1 y 73.3. 3.31 y 24.1]
Antes persevera en el temor de Jehová todo tiempo:
18Porque ciertamente hay fin,[#24.14. Lc. 16.25.]
Y tu esperanza no será cortada.
19Oye tú, hijo mío, y sé sabio,
Y endereza tu corazón al camino.
20No estés con los bebedores de vino,[#Is. 5.11,22. Mt. 24.49. Lc. 21.34. Ro. 13.13.]
Ni con los comedores de carne:
21Porque el bebedor y el comilón empobrecerán:
Y el sueño hará vestir vestidos rotos.
22Oye á tu padre, á aquel que te engendró;[#30.17.]
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
23Compra la verdad, y no la vendas;[#4.5,7. Mt. 13.44.]
La sabiduría, la enseñanza, y la inteligencia.
24Mucho se alegrará el padre del justo:[#10.1.]
Y el que engendró sabio se gozará con él.
25Alégrense tu padre y tu madre,
Y gócese la que te engendró.
26Dame, hijo mío, tu corazón,
Y miren tus ojos por mis caminos.
27Porque sima profunda es la ramera,[#22.14.]
Y pozo angosto la extraña.
28También ella, como robador, acecha,
Y multiplica entre los hombres los prevaricadores.
29¿Para quién será el ay? ¿para quién el ay? ¿para quién las rencillas?[#Is. 5.11,22.]
¿Para quién las quejas? ¿para quién las heridas en balde?
¿Para quién lo amoratado de los ojos?
30Para los que se detienen mucho en el vino,[#20.1. Ef. 5.8.]
Para los que van buscando la mistura.
31No mires al vino cuando rojea,
Cuando resplandece su color en el vaso:
Entrase suavemente;
32Mas al fin como serpiente morderá,
Y como basilisco dará dolor:
33Tus ojos mirarán las extrañas,
Y tu corazón hablará perversidades.
34Y serás como el que yace en medio de la mar,
O como el que está en la punta de un mastelero.
35Y dirás : Hiriéronme, mas no me dolió;[#Jer. 5.3.]
Azotáronme, mas no lo sentí;
Cuando despertare, aun lo tornaré á buscar.