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1En Pentecostés, cuando se cumplió el día que el Espíritu Santo iba a llenar el interior de los creyentes con la obra de Cristo, toda la iglesia estaba reunida en un mismo lugar.[#(pentecostés), sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, caso genitivo singular, traduce: de Pentecostés. El nominativo (pentecosté) también traduce quincuagésimo. La palabra Pentecostés es conocida por la referencia a la fiesta judía, una festividad de origen agrícola cuya procedencia se remonta a Canaán. Un primer significado de la fiesta consiste en agradecer; acción de gracias, gratitud que se expresaba por la siembra y la cosecha. Israel insertó esta fiesta en su experiencia de fe monoteísta y mantuvo el significado de acción de gracias a Jehová. El pueblo sustraía de la cosecha una buena porción, y con ella realizaban un rito para ofrecer y agradecer a Dios. Los antecedentes de la celebración de la fiesta los encontramos en la Torá, allí se describe el desarrollo dinámico que la fiesta va adquiriendo sobre la base de las tradiciones y los significados que fue adoptando en las etapas históricas.; #(sumpleroústhai), verbo, voz pasiva, modo infinitivo, tiempo presente, traduce: fue llenado en el interior. Viene del verbo (sumpleróo), significa llenar en el interior. El verbo en algunas versiones se ha traducido literalmente “por cumplirse”, pero desde su etimología el significado es mucho más profundo. Es un verbo compuesto por dos palabras: 1. La preposición (sún) que significa en compañía de, junto con, en el interior de. Preposición que en latín es “cun”, raíz de la palabra conscientia, término que en español es conciencia y significa un conocimiento compartido o conocimiento interiorizado; la conciencia describe una realidad interna del ser. 2. El verbo (pleróo), que traduce llenar, dar cumplimiento, completar. El sustantivo (pléroma), que significa plenitud. El verbo se usa en el Nuevo Testamento para referirse a Dios, cuando Dios es el sujeto que ejerce la acción. Así, el verbo indica que la acción salvadora de Dios se realiza en el interior del creyente, cuando por medio de su Espíritu encarna la obra de Cristo, y la obra de Cristo se hace conciencia, se interioriza en el creyente y en la comunidad. Con esta idea, (sumpleroústhai) significa una llenura interior y es el corazón del evento de Pentecostés lucano. Pentecostés significa que el Espíritu Santo interioriza la obra Pascual redentora de Cristo en el ser de cada creyente, creando una consciencia de salvación. Para Lucas, el Pentecostés se refiere a la nueva Ley de Dios, que es el Espíritu Santo; consigna que está en relación con el significado que adquirió la fiesta a través de la historia.]
2De repente, un gran ruido como un soplo fuerte llegó del cielo, que llenó toda la casa donde estaban sentados;
3y experimentaron lenguas como de fuego, que fueron distribuidas y reposaron sobre cada uno de ellos.[#(ófthesan), verbo en voz pasiva, modo indicativo, tiempo aoristo, tercera persona del plural, traduce: vivieron una experiencia, o fueron vistos. Viene del verbo (joráo) el verbo puede significar ver, observar, entender, darse cuenta o también experimentar. Una experiencia desde el interior del ser. La traducción tiene una connotación de experiencia de vida.; #Los versículos 2 y 3 no hay que entenderlos literalmente, sino como una manifestación teofánica. Relato que está en concordancia con Ex. 19:16-18; 20:18. El evangelista Lucas describe la experiencia de Pentecostés en paralelo con las teofanías descritas cuando Moisés recibió la Ley en el Sinaí. El aposento alto sería el paralelo con la montaña, los elementos teofánicos que acompañaron a Moisés también acompañan a la iglesia. Los dos relatos incluyen una constitución legislativa, en el caso de Moisés al recibir la ley, va acompañada con manifestaciones naturales, lo mismo sucede en la fiesta de Pentecostés de Hch. 2, pero en este caso, la manifestación del Espíritu afirma la renovación y actualización de la ley, es decir, una nueva ley que por medio del Espíritu Santo se encarna en cada creyente.]
4Y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu les capacitaba para que compartieran el Evangelio que transforma toda la existencia humana.[#(apofthégguesthai), verbo deponente, voz media-pasiva, modo infinitivo, tiempo presente, traduce: estar expresando, estar compartiendo, estar hablando bajo inspiración, estar hablando bajo un estilo de vida. Viene del verbo (apofthéngomai) significa decir, declarar, sobre todo expresarse. En este sentido se refiere a una persona que habla o declara algo bajo inspiración, la persona se expresa no con palabras audibles, sino que habla con actos con su vida.]
5Estaban en Jerusalén personas piadosas de todas las naciones del mundo.
6Cuando se produjo un ruido fuerte, se reunió una gran multitud, y estaban sorprendidos porque cada uno los oía hablar en su propio idioma;
7admirados y maravillados, comentaban:
– ¿Acaso no son galileos todos los que están hablando?
8¿Cómo es que nosotros podemos oír a cada uno de ellos en nuestra propia lengua materna?
9Somos de diferentes partes del mundo: Partia, Media, Elam, Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia,
10Frigia, Panfilia, Egipto, de las regiones de Libia cercanas a Cirene, visitantes de Roma,
11de Creta y Arabia; tanto judíos de nacimiento, como los que nos hemos convertido a la religión judía, venimos de lugares distintos, ¡pero los escuchamos hablar de las maravillas de Dios en nuestro propio idioma!
12Estaban todos sorprendidos y perplejos, se decían los unos a los otros:
– ¿Qué significa esto?
13Pero había otros que se burlaban, diciendo:
– ¡Están borrachos! ¡Han tomado demasiado vino barato!
14Entonces Pedro se puso de pie junto con los once apóstoles, alzó su voz, y pronunció el primer discurso apostólico:
– Judíos y los que están de Jerusalén, les voy a explicar lo que ha pasado, por eso escuchen bien lo que les voy a decir,
15pues no hay nadie borracho aquí, como ustedes están pensando, porque es muy temprano para emborracharse;
16en realidad lo que está pasando es el cumplimiento de lo que anunció el profeta Joel:
17“Dios dijo:
En los últimos días, derramaré mi
Espíritu sobre todas las personas.
Sus hijos y sus hijas profetizarán,
los jóvenes tendrán visiones,
los ancianos soñarán.
18En esos días derramaré mi Espíritu
sobre mis siervos, hombres y mujeres,
y ellos profetizarán.
19Les mostraré maravillas en el cielo
y señales en la tierra,
sangre, fuego y nube de humo;
20el sol se oscurecerá,[#(skótos), sustantivo neutro, tercera declinación, en caso acusativo singular, traduce: a la oscuridad o a las tinieblas. El uso del sustantivo en el versículo tiene relación con el gran. Frase que tenía una connotación de juicio y, según el Antiguo Testamento, en especial en la literatura profética, el , estaba relacionado con la oscuridad, como señal principal; por ejemplo, Am. 8:9; Jl. 2:10; Sof. 1:15; Is. 13:10; 34:4, entre otros. En esta misma línea va la referencia cuando se cita en la fiesta de Pentecostés, al mencionar que el sol se oscurecerá y la luna se convertirá en sangre. El autor presenta un reflejo que las profecías veterotestamentarias se cumplen. El significado teológico de este evento indica que Pentecostés representó el gran , es decir, salvación para la humanidad por medio de la obra objetiva de Cristo y la obra subjetiva del Espíritu. Si en el Antiguo Testamento el tenía énfasis de juicio, en el Nuevo Testamento su interés se centra en la acción salvadora de Dios para la humanidad.]
y la luna se convertirá en sangre,
entonces vendrá el grande e
impresionante Día del Señor.
21Y todo aquel que invoque el nombre del
Señor, será salvo.”
22Israelitas, escuchen estas palabras sobre Jesús de Nazaret: un hombre respaldado por Dios y lo demostró ante ustedes; Dios obró con poderes sobrenaturales, milagros y señales en medio de ustedes, a través de Él, y ustedes lo saben;
23Él les fue entregado, conforme al plan y el propósito de Dios, y ustedes lo prendieron y lo mataron, poniéndolo en manos de gente sin ley;
24pero Dios lo resucitó, liberándolo de sus dolores de muerte, ya que la muerte no tenía ningún poder para retenerlo.
25David ya había dicho esto sobre Jesús:
“Jehová siempre está conmigo;
Él está a mi lado, por eso, nadie me hará daño.
26Por tanto, mi mente y mi corazón están alegres y se regocijan.
Todo mi ser estará seguro.
27Pues no abandonarás mi alma en el Hades, tu no dejarás que tu santo se deteriore en la tumba.[#(Haden), sustantivo masculino, tercera declinación, caso acusativo, singular, traduce: al Hades, viene del nominativo (Hades), que significa lugar de los muertos. La perspectiva de Hades nació en la mitología griega, es el nombre del dios del inframundo y también indicaba el lugar de los muertos. Hades era uno de los hijos del dios Cronos, Zeus era su hermano mayor. Cronos tuvo seis hijos, considerados dioses: tres diosas Hestia, Deméter y Hera, y los tres dioses Poseidón, Hades y Zeus. La mitología griega enseña que hubo una guerra entre los tres hijos de Cronos contra los titanes; ganaron los hijos de Cronos y como premio se repartieron el dominio del universo.]
28Me hiciste conocer los caminos de la vida, y en tu presencia hay plenitud de gozo”.[#Hace referencia a Sal. 16:8-11.]
29Hermanos, quiero hablarles con claridad sobre el patriarca David. Él murió y fue sepultado, y su tumba está aquí entre nosotros, como todos podemos ver.
30Por eso, David era profeta y sabía lo que Dios le había prometido: que de su descendencia saldría un descendiente que se sentaría en su trono,[#Hace referencia a Sal. 132:11.]
31Al profetizar, habló acerca de la resurrección de Cristo, que no fue desamparado en el Hades, ni tampoco su cuerpo sufrió las consecuencias de la muerte.
32Dios resucitó a Jesús, y todos nosotros somos testigos de esta resurrección.
33Cristo está exaltado a la derecha de Dios.
El Padre prometió a Jesús el Espíritu Santo, y ahora Jesús ha derramado en nosotros ese mismo Espíritu, como nos había prometido. ¡Y esto es lo que ustedes están viendo y oyendo!
34Porque David no había subido a los cielos cuando dijo del Mesías:
“Dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi derecha;
35hasta que ponga a tus enemigos por debajo de tus pies”.[#Cita a Sal. 110:1.]
36Pueblo de Israel, estén seguros de que deben reconocer que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo estableció como Señor y Mesías.
37Cuando escucharon esto, se pusieron muy tristes y preocupados, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
– Hermanos, ¿qué debemos hacer?
38Pedro les contestó:
– Cada uno de ustedes cambie su manera de pensar para que puedan cambiar su manera de vivir y sean bautizados en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados sean perdonados, y reciban el don de la salvación del Espíritu Santo.
39Porque la promesa también es para ustedes, para sus hijos, para los que están lejos, y para todos a los que el Señor nuestro Dios llame.
40Y con muchas otras palabras seguía profundizando la enseñanza, testificaba solemnemente y exhortaba a la gente diciendo:
– ¡Sean salvos de esta generación perversa!
41Así pues, las personas que fueron convencidas por la Palabra de Dios, fueron bautizadas; y en aquel día, tres mil almas fueron añadidas a la comunidad de los creyentes.
42Y se mantenían constantemente en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión fraternal, en el partir del pan, y en las oraciones.[#(proseujaís), sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, caso dativo, plural, traduce: en las oraciones. Viene del nominativo (proseujé), una nueva palabra que Jesucristo pronunció para hablar de la oración. Vocablo que no se encuentra en el léxico del griego clásico, porque es una de las palabras que conforman el 5% de términos propios del cristianismo y del Nuevo Testamento.]
43Todos sentían un profundo respeto y los apóstoles hacían muchas maravillas y señales milagrosas.
44Todos los que creyeron, tenían todas las cosas en común y se apoyaban mutuamente.
45Incluso vendían sus propiedades y bienes para repartirlos entre todos según las necesidades de cada uno.
46Día tras día, se reunían fiel e íntimamente unidos en el templo, y constantemente partían el pan en las casas, compartiendo la comida con sencillez de corazón,
47alabando a Dios; y el pueblo los quería. Y cada día el Señor añadía a la comunidad de creyentes a los que iban siendo salvos.