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1Ustedes estaban muertos espiritualmente en sus delitos y pecados.[#(necroús), adjetivo calificativo, caso acusativo plural masculino, traduce: a los cadáveres, a los muertos. El nominativo singular (necrós), tiene varias acepciones, entre ellas: muerte física, cadáver, inútil, ineficaz o muerto espiritualmente. El término (thánatos) también traduce muerte, por lo general, el Nuevo Testamento lo utiliza cuando quiere indicar una muerte física. En este versículo se entiende que no se está refiriendo a una muerte física, sino a una muerte espiritual cuando usa la palabra .]
2Antes vivían practicando la injusticia, dominados por las fuerzas de maldad que gobiernan este mundo, con el mismo espíritu de las personas que desobedecen a Dios.
3En el pasado, también nosotros nos comportábamos así, viviendo los deseos de la carne y teniendo conductas inapropiadas y malos pensamientos, nos enojábamos buscando venganza.[#(orgués) sustantivo, primera declinación, tercera sección, caso genitivo singular, traduce: de la ira, de la cólera, de la venganza. Viene del nominativo (orgué). En el griego hay otros términos que significan enojo como (thumóomai), pero la palabra (orguídso) se refiere a un enojo destructivo, acción que genera venganza, resentimiento y deseos de destrucción al otro. En cambio los otros términos en su significado no conllevan el sentimiento de venganza; más bien se trata de un enojo momentáneo sin consecuencia maligna, que incluso puede ser una herramienta terapéutica.]
4Pero Dios, por su infinita misericordia, nos amó con su inmenso amor sacrificial,
5cuando aún estábamos muertos espiritualmente en nuestros pecados, la resurrección de Cristo nos dio nueva vida. ¡Somos salvos por gracia!
6Dios, al resucitar a Jesucristo, nos brindó la oportunidad de resucitar juntamente con Él y como resultado pasamos por una transformación interior, que nos concedió lugar en los cielos en la presencia de Cristo Jesús;
7con el propósito de mostrar constantemente que se está dando la extraordinaria riqueza de su gracia ¡Dios ha sido tan bueno con nosotros por medio de Jesucristo!
8Porque por gracia son salvos, mediante la fe por identidad; y esta salvación no proviene de ustedes, no es por méritos propios, es un regalo de Dios;[#(dóron) sustantivo neutro, segunda declinación, segunda sección, en caso nominativo singular, traduce: don, dádiva, regalo, ofrenda. El nominativo es (dóron). Pablo usa el término en su teología, específicamente para referirse al de la salvación como un regalo de parte de Dios. Otro término que también significa “dones” es la palabra (járisma) por eso no debe confundirse con dóron. El apóstol también lo usa en sus escritos, en su teología, pero para referirse a los diferentes dones espirituales, a los dones que Dios otorga para equipar a la iglesia y ella los use al servicio del Evangelio, en la edificación de la propia iglesia. Los dones son variados y es una forma de contextualizar el don mayor, el dóron. La iglesia debe ir desarrollando los dones de acuerdo con su dinámica y contexto histórico; teniendo en cuenta la diferencia entre el (járisma) y el (dóron), el regalo único y supremo, la salvación.]
9no por obras, para que nadie se jacte.
10Nosotros somos obra de Dios, creados en Jesucristo para realizar las buenas obras que Dios ya planeó de antemano para que nos ocupáramos de ellas.
11Recuerden que en otros tiempos, ustedes los que no nacieron como judíos, eran llamados incircuncisos, pero la famosa circuncisión, solo era algo humano que ellos hacían en el cuerpo.
12En aquellos tiempos estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, ajenos a las promesas y a la alianza que Dios hizo con su pueblo, ustedes vivían en este mundo sin esperanza y sin Dios.
13Pero ahora, unidos a Cristo Jesús, ya no están lejos de Dios, por la sangre de Cristo han sido acercados a Él.
14Porque Cristo es nuestra paz, es el fundamento de la unidad, ya que unió a ambos grupos en uno solo y derribó la pared que separaba a los judíos de los no judíos, también derribó la enemistad a través de su cuerpo.
15La ley tenía muchos mandamientos y decretos, pero Cristo la hizo inefectiva con el propósito de crear en Él, de los dos pueblos, una nueva humanidad, estableciendo la paz.
16Y reconcilió con Dios a los dos pueblos en un solo cuerpo, por medio del sacrificio de la cruz, derribando la enemistad que había antes.
17Jesús vino y anunció el Evangelio de paz a todos, tanto a ustedes, que no son judíos y estaban lejos de Dios, como a los que son judíos y estaban cerca de Él.
18Por medio de Cristo, todos tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu.
19Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni inmigrantes, sino que son conciudadanos del pueblo de Dios y son parte de su familia.
20Están edificados en el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo la piedra principal.
21De este modo, gracias a Cristo, todo el edificio queda bien unido y va creciendo hasta ser un templo santo para el Señor;
22y ustedes también son parte de este edificio y se convierten en morada de Dios, a través del Espíritu.