Baruc 3

Baruc 3

Oración pidiendo perdón

1Baruc continuó diciendo:

«Todopoderoso Dios de Israel, con mucho dolor y tristeza te rogamos:

2“¡Escucha nuestros gritos! ¡Hemos pecado contra ti, pero por favor, escúchanos! ¡Ten compasión de nosotros!

3Tú siempre serás rey; nosotros, en cambio, siempre seremos unos simples mortales.

4”Todopoderoso Dios de Israel, escucha nuestros ruegos. Nosotros, los israelitas, somos los hijos de aquellos que pecaron contra ti y no te obedecieron. Por eso nos han llegado estas desgracias.

5¡Pero olvida los pecados de nuestros antepasados! ¡Recuerda más bien tu poder y tu fama!

6”¡Tú eres nuestro Dios, y nosotros queremos alabarte!

7Tú pusiste en nosotros el deseo de obedecerte y buscarte en oración. Y queremos alabarte aquí, lejos de nuestra tierra. Ya no pecamos como lo hicieron nuestros antepasados.

8¡Míranos, Dios nuestro! Aquí estamos, sufriendo insultos y burlas lejos de nuestra tierra. Ese castigo lo merecían nuestros antepasados, pues ellos fueron los que en verdad te olvidaron”».

Poema a la sabiduría

9Baruc dijo:

«Israelitas,

obedezcan los mandamientos,

pues dan vida y sabiduría.

10-11-12»Ustedes abandonaron a Dios,

el Dios que da sabiduría;

por eso viven en un país enemigo.

»Allí se pondrán viejos,

y vivirán como si estuvieran muertos.

13Si hubieran obedecido a Dios,

siempre disfrutarían de paz.

14»Busquen la prudencia,

el valor y la inteligencia.

Así encontrarán la alegría,

la paz y una larga vida.

15»Hasta ahora nadie sabe

dónde está la sabiduría,

ni dónde guarda sus tesoros.

16»¿Dónde están los reyes

que dominan a las fieras,

17y se divierten con las aves?

»¿Dónde están aquellos

que adoran al dinero?

¡Esos que amontonan oro y plata

y nunca se cansan de hacerlo!

18»¿Dónde están los joyeros

que hacen obras de arte

que nadie puede imitar?

19¡Ya están muertos!

¡Su lugar lo ocupan otros!

20Ahora son los jóvenes

los que gobiernan este mundo.

»Pero tampoco esos jóvenes

saben qué es la sabiduría.

21Todavía no la encuentran,

ni podrán jamás alcanzarla.

A sus hijos no les interesa

alcanzar la sabiduría.

22»Los habitantes de Canaán

nunca supieron de la sabiduría;

tampoco los de Temán

oyeron hablar de ella.

23»Los árabes aman la aventura,

pero de sabios no tienen nada.

Los comerciantes de Madián y Temán

tampoco llegaron a ser sabios.

Los filósofos ni siquiera saben

qué es la sabiduría,

y los que escriben historias,

ni idea tienen de qué se trata.

24»¡Israelitas,

qué inmenso es el universo!

¡Qué enorme es el hogar de Dios!

¡Qué grandioso es su imperio!

25Su grandeza no tiene límites,

¡nadie lo puede medir!

26»En el imperio de Dios nacieron

los gigantes de la antigüedad;

hombres fuertes y famosos,

guerreros excelentes.

27Pero Dios no los eligió a ellos,

ni les mostró el camino

que lleva a la sabiduría.

28Su imprudencia los mató;

¡su locura acabó con ellos!

29-30-31»¿Y dónde está la sabiduría?

Ninguno de nosotros

puede llegar a ella.

Aunque subamos a las nubes,

o lleguemos a lo más alto del cielo;

aunque crucemos al otro lado del mar,

o tengamos todo el dinero del mundo,

¡no la encontraremos!

32»¡Solo Dios conoce la sabiduría,

pues él todo lo sabe!

Dios creó la tierra,

y la llenó de animales.

33Dios ordena que salga la luz,

y la luz le obedece;

y cuando la llama,

ella viene temblando.

34Dios puso en el cielo las estrellas,

y ellas brillan de felicidad.

35Cuando las llama,

ellas responden: “Aquí estamos”;

y brillan contentas para su Creador.

36»¡Ese es nuestro Dios!

¡No hay nadie como él!

37»Dios le enseñó a Israel

cómo alcanzar la sabiduría,

38y ella vino a este mundo

y se quedó a vivir entre nosotros.

Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
Published by: United Bible Societies