Salmos 107

Salmos 107

Libro 5

Dios es bueno con su pueblo

SALMO 107 (106)

1¡Alabemos a nuestro Dios!

¡Démosle gracias, porque él es bueno!

¡Dios nunca deja de amarnos!

2¡Digámoslo nosotros,

pues él nos liberó

del poder de los egipcios!

3Digámoslo nosotros,

que somos su pueblo,

pueblo que él reunió

de países del norte y del sur,

del este y del oeste.

4Nuestros abuelos andaban sin rumbo

y por lugares desiertos;

no encontraban el camino

que los llevara a un lugar habitado.

5Tenían hambre y sed,

y habían perdido la esperanza

de quedar con vida.

6Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los libró de su aflicción.

7Los puso en el camino correcto

que los llevaría a un lugar habitado.

8¡Demos gracias a Dios por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

9¡Dios calma la sed del sediento,

y el hambre del hambriento!

10Nuestros abuelos estaban afligidos,

vivían en la esclavitud

y no sabían qué hacer

ni a dónde ir,

11pues no tomaron en cuenta

los consejos del Dios altísimo

y se rebelaron contra él.

12Por eso Dios los castigó

con los trabajos más pesados;

tropezaban, y nadie los levantaba.

13Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los salvó de su aflicción,

14les mostró el camino a seguir

y los libró de su esclavitud.

15¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

16¡Hizo pedazos las puertas de bronce

y las barras de hierro

que nos tenían prisioneros!

17Nuestros abuelos fueron tan rebeldes

que se portaron como unos tontos;

sufrieron mucho por su maldad.

18¡Tan enfermos se pusieron

que al ver la comida vomitaban!

19Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los salvó de su aflicción;

20con solo una orden los sanó.

¡Así los salvó de la muerte!

21¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

22¡Démosle muestras de gratitud,

y presentémosle ofrendas !

¡Anunciemos entre gritos de alegría

las maravillas que ha hecho!

23Nuestros abuelos compraron barcos

y se ganaron la vida

comerciando en otros países.

24En alta mar presenciaron

la acción maravillosa de nuestro Dios:

25Dios dio una orden,

y vino un fuerte viento

que levantaba grandes olas.

26Cuando se vieron en peligro,

los marineros perdieron el valor;

eran lanzados de arriba abajo,

27y de nada les servía

ser marineros expertos,

pues se tropezaban y caían

como si estuvieran borrachos.

28Llenos de angustia, oraron a Dios,

y él los sacó de su aflicción;

29calmó la furia de la tormenta,

y aplacó las olas del mar.

30Cuando se calmó la tormenta,

ellos se pusieron muy contentos

y Dios los llevó a su destino.

31¡Demos gracias a Dios

por su amor,

por todo lo que ha hecho

en favor nuestro!

32¡Que lo alaben todo el pueblo

y sus gobernantes!

33Dios convirtió en desiertos

los ríos y los manantiales,

34pero a la tierra fértil

la convirtió en tierra inútil,

porque los que allí vivían

eran gente muy malvada;

35en cambio, al desierto

lo convirtió en tierra fértil,

rodeada de lagunas y manantiales.

36Al pueblo que había pasado hambre,

lo dejó vivir allí,

y ellos construyeron grandes ciudades,

37sembraron campos,

plantaron viñedos,

y tuvieron muy buenas cosechas.

38Dios les dio su bendición ,

y ellos tuvieron muchos hijos

y sus ganados se multiplicaron.

39Tiempo después,

los malvados los humillaron

y los hicieron sufrir,

hasta que solo unos pocos

quedaron con vida.

40Pero Dios castigó a esos malvados

y los hizo perderse

por desiertos sin caminos.

41A la gente pobre

Dios la saca de su aflicción

y hace que sus familias

aumenten como sus rebaños.

42Cuando la gente honrada ve esto,

se llena de alegría;

pero los malvados se quedan callados.

43Tomen esto en cuenta los sabios ,

y pónganse a meditar

en lo mucho que Dios nos ama.

Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
Published by: United Bible Societies