Salmos 42

Salmos 42

Libro 2

Pongo mi confianza en Dios

SALMO 42 (41)

11 (2) Así como un venado sediento

desea el agua de un arroyo,

así también yo, Dios mío,

busco estar cerca de ti.

22 (3) Tú eres el Dios de la vida,

y anhelo estar contigo.

Quiero ir a tu templo

y cara a cara adorarte solo a ti.

33 (4) Día y noche

me he bebido mis lágrimas;

mis enemigos no dejan de decirme:

«¡Ahora sí, tu Dios te abandonó!»

44 (5) Cuando me acuerdo de esto,

me invade el sufrimiento;

recuerdo cuando iba

camino hacia tu templo

guiando multitudes;

recuerdo las grandes fiestas,

y los gritos de alegría

cuando tu pueblo te alababa.

55 (6) ¡Pero no hay razón

para que me inquiete!

¡No hay razón

para que me preocupe!

¡Pondré mi confianza

en Dios mi salvador!

¡Solo a él alabaré!

6-76-7 (7-8) Me siento muy angustiado,

y por eso pienso en ti.

Las olas de tristeza

que has mandado sobre mí,

son como un mar agitado;

son como violentas cascadas

que descienden de los cerros,

de los montes Hermón y Mizar,

y se estrellan en el río Jordán.

88 (9) Te ruego, Dios de mi vida,

que de día me muestres tu amor,

y que por la noche

tu canto me acompañe.

99 (10) Tú eres mi protector,

¿por qué te olvidaste de mí?

¿Por qué debo andar triste

y perseguido por mis enemigos?

1010 (11) Sus burlas me hieren profundamente,

pues no dejan de decirme:

«¡Ahora sí, tu Dios te abandonó!»

1111 (12) ¡Pero no hay razón

para que me inquiete!

¡No hay razón

para que me preocupe!

¡Pondré mi confianza

en Dios mi salvador!

¡Solo a él alabaré!

Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
Published by: United Bible Societies