Salmos 74

Salmos 74

Dios mío, libera a tu pueblo

SALMO 74 (73)

11 (1b) Dios y pastor nuestro,

¿por qué nos rechazas?

¿Vas a estar siempre enojado

con este pueblo que es tu rebaño?

2¡No te olvides de nosotros!

Hace mucho tiempo nos compraste;

somos el pueblo que rescataste

para que fuéramos tuyos.

¡No te olvides de Jerusalén,

la montaña donde habitas!

3Ven a ver tu templo:

para siempre ha quedado en ruinas;

¡todo lo destruyó el enemigo!

4En el centro de tu ciudad,

tus enemigos rugieron como leones

y agitaron victoriosos sus banderas.

5Como si fueran leñadores,

hacha en mano lo derribaron todo;

6con hachas y martillos

destrozaron las paredes

talladas en madera.

7No respetaron tu templo

sino que le prendieron fuego.

8Lo redujeron a cenizas,

como a todas las sinagogas del país.

9Ya no vemos ondear nuestras banderas;

ya no hay profetas entre nosotros,

ni hay tampoco quien sepa

cuánto más debemos aguantar.

10Dios nuestro,

¿hasta cuándo el enemigo

va a seguir ofendiéndote

y burlándose de ti?

11¡Demuéstrales tu poder!

¡No te quedes allí

cruzado de brazos!

12Desde tiempos antiguos

tú has sido nuestro Dios y rey;

en repetidas ocasiones

nos has dado la victoria.

13Tú, con tu poder,

dividiste el mar en dos;

¡a los monstruos del mar

les partiste la cabeza!

14Tú aplastaste contra el suelo

las cabezas del monstruo Leviatán,

y con su cuerpo sin vida

alimentaste a las fieras.

15Tú hiciste que brotaran

ríos y manantiales,

pero también secaste por completo

ríos que parecían inagotables.

16Tuyos son el día y la noche,

pues hiciste el sol y la luna;

17tú fijaste los límites de la tierra,

y estableciste las estaciones del año.

18Dios nuestro,

el enemigo se burla de ti;

gente malvada te ofende.

¡No se lo perdones!

19Este pueblo tuyo

es frágil como una mariposa;

¡no te olvides de nosotros,

ni dejes que nos devoren

nuestros feroces enemigos!

20Acuérdate de tu pacto ,

porque en todas partes hay violencia.

21No dejes que avergüencen

al pobre y al humilde;

haz que tus enemigos te alaben.

22¡Vamos, Dios nuestro, defiéndete!

Esos malvados no dejan de ofenderte;

¡no se lo perdones!

23¡No les perdones a tus enemigos

tanto griterío y alboroto!

Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.
Published by: United Bible Societies