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1Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano atrofiada,[#1,21; Lc 14,1-6; Jn 5,9-10; 9,14.]
2y los que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús se pusieron al acecho a ver si, a pesar de ser sábado, lo curaba.[#Mt 16,1; Jn 8,6.]
3Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada:
— Ponte ahí en medio.
4Luego preguntó a los otros:
— ¿Qué es lo que se permite en sábado? ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
Ellos callaron.
5Al verlos tan obcecados, Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo, y dijo al enfermo:[#3,5: Lit. (ver 6,52; 8,17; 10,5; 16,14; Rm 2,5; Ef 4,8; Heb 3,8).]
— Extiende la mano.
Él la extendió y la mano recuperó el movimiento.
6Los fariseos, por su parte, y los del partido de Herodes, se reunieron, al salir, para tramar el modo de matar a Jesús.[#3,6: Lit. es decir, amigos o simpatizantes de Herodes Antipas, uno de los hijos y herederos de Herodes el Grande. Gobernó Galilea y Perea desde el año 4 a. C. hasta el 39 d. C. Ver notas a Mt 4,12 y 14,1.; #12,31; Mt 12,14; 22,15-16.]
7Jesús se fue con sus discípulos a la orilla del lago y lo siguió una gran multitud de gente procedente de Galilea;[#3,7: Lit. . Ver notas a 1,16; Mt 4,18.; #1,34.45; 4,1; 5,21.28; 6,55-56; Mt 12,15; 14,13-14.]
8y también de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la orilla oriental del Jordán y de la región de Tiro y Sidón acudió a Jesús mucha gente que había oído hablar de todo lo que hacía.[#3,8: Región situada al sur de Judea, al oeste del Mar Muerto y fronteriza con el desierto del Sinaí. De ella era oriundo Herodes el Grande y nunca se la consideró parte de la nación israelita.— Ver segunda nota a Mt 11,21.]
9Jesús mandó a sus discípulos que le preparasen una barca para que la multitud no lo aplastara.
10Había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban ahora sobre él para tocarlo.
11Y hasta los espíritus impuros, al verlo, se arrojaban a sus pies, gritando:[#3,11: Ver nota a Mt 8,16.]
— ¡Tú eres el Hijo de Dios!
12Pero Jesús les ordenaba severamente que no lo descubrieran.[#3,12: Ver notas a 1,34 y Mt 8,4.]
13Después de esto, Jesús subió al monte y llamó a los que le pareció bien. Y se acercaron a él.[#1,25; Mt 12,16.]
14También designó a doce, a quienes constituyó apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar[#3,14: Lit. . En la cultura semita el hecho de imponer un nombre afectaba en cierto modo al ser mismo de la persona o de la cosa. Por lo demás, numerosos mss., algunos de cierto valor, omiten estas palabras.; #Mt 10,5.]
15con poder para expulsar demonios.[#6,13; 9,38; 16,17; Mt 7,22; 8,16 y par.; 9,32-34 y par.; Lc 9,1.]
16Los doce designados fueron: Simón, al que puso por sobrenombre Pedro;[#3,16: También omiten estas palabras bastantes mss., entre ellos varios de reconocido valor.; #Mt 10,2; Hch 1,13-14.]
17Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes llamó Boanerges, que significa “hijos del trueno”;[#3,17: Expresión semita que, en este caso, sirve para designar a personas de carácter impulsivo (ver Lc 7,54).]
18Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el cananeo
19y Judas Iscariote, el que más tarde lo traicionó.[#3,18-19: Ver notas a Mt 10,3-4.]
20Jesús llegó a casa y otra vez se juntó tanta gente, que ni siquiera les dejaban comer.[#3,20: Bastantes mss., algunos de valor, dicen: , incluyendo, por tanto, a los discípulos de Jesús. En cuanto a , ver segunda nota a 2,1.; #3,8; 6,31; 8,1.]
21Cuando algunos de sus parientes se enteraron, vinieron con la intención de llevárselo a la fuerza, porque decían que estaba loco.[#Jn 10,20.]
22Los maestros de la ley llegados de Jerusalén decían que Jesús estaba poseído por Belzebú, el jefe de los demonios, con cuyo poder los expulsaba.[#3,22: Ver nota a Mt 10,25.; #3,30; Mt 9,34 y par.; 10,25; Jn 7,20; 8,48.52; 10,20.]
23Entonces Jesús los llamó y los interpeló con estas comparaciones:
— ¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás?
24Si una nación se divide contra sí misma, no puede subsistir.
25Tampoco una familia que se divida contra sí misma puede subsistir.
26Y si Satanás se hace la guerra y actúa contra sí mismo, tampoco podrá subsistir; habrá llegado a su fin.
27Nadie puede entrar en casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes si primero no ata a ese hombre fuerte. Solamente entonces podrá saquear su casa.[#Is 49,24-25.]
28Les aseguro que todo les será perdonado a los seres humanos: tanto los pecados como las blasfemias en que incurran.[#Mt 6,14; Jn 20,23; 1 Tm 1,13.]
29Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, nunca jamás será perdonado y será tenido para siempre por culpable.[#ver 1 Jn 5,16.]
30Esto lo dijo Jesús contra quienes afirmaban que estaba poseído por un espíritu impuro.[#3,22.]
31Entre tanto, llegaron la madre y los hermanos de Jesús; pero se quedaron fuera y enviaron a llamarlo.[#6,3; Mt 13,55-56; Jn 2,12; 7,2.5.10; Hch 1,14.]
32Alguien de entre la gente que estaba sentada alrededor de Jesús le pasó aviso:
— Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y te buscan.
33Jesús les contestó:
— ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
34Y, mirando a quienes estaban sentados a su alrededor, añadió:
— Estos son mi madre y mis hermanos.
35Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.[#Mt 6,10; 7,21; Jn 7,17; 9,31.]