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1Jesús se fue de allí y regresó a su pueblo acompañado de sus discípulos.[#6,1: Ver nota a Mt 13,54.]
2Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga; y muchos que lo escuchaban no salían de su asombro y se preguntaban:
— ¿De dónde ha sacado este todo eso? ¿Quién le ha dado esos conocimientos y de dónde proceden esos milagros que hace?
3¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no son sus hermanas estas que viven aquí?[#6,3: En el correspondiente lugar paralelo de Mt 13,55 se lee: . El vocablo griego que traducimos por admite también un significado más amplio, por ejemplo,]
Así que estaban desconcertados a causa de Jesús.
4Por eso les dijo:
— Sólo en su propia tierra, en su propia casa y entre sus familiares menosprecian a un profeta.
5Y no pudo hacer allí ningún milagro, aparte de curar a unos pocos enfermos poniendo las manos sobre ellos.[#5,23; Mt 9,18; Lc 4,40.]
6Estaba verdaderamente sorprendido de la falta de fe de aquella gente.
Andaba Jesús enseñando por las aldeas de alrededor,
7cuando reunió a los doce discípulos y empezó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros.[#6,7: Ver segunda nota a 1,23.; #Lc 10,1.4-7.]
8Les ordenó que no llevaran nada para el camino, excepto un bastón. Ni pan, ni zurrón, ni dinero en el bolsillo;
9que fueran calzados con sandalias y no llevaran más que lo puesto.
10Les dio estas instrucciones:
— Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que salgan del lugar.
11Y si en algún sitio no quieren recibirlos ni escucharlos, márchense de allí y sacudan el polvo pegado a sus pies, como testimonio contra esa gente.[#6,11: Ver nota a Mt 10,14.; #Lc 10,11; Hch 13,51.]
12Los discípulos salieron y proclamaron la necesidad de la conversión.[#1,15; Mt 3,2; Lc 5,32; Hch 2,38.]
13También expulsaron muchos demonios y curaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite.[#Mt 14,14; Stg 5,14.]
14La fama de Jesús llegó a oídos del propio rey Herodes. Había algunos que decían:[#6,14: Ver nota a Mt 14,1.]
— Este es Juan el Bautista, que ha resucitado. Por eso tiene poder de hacer milagros.
15Otros, en cambio, decían que era Elías; y otros, que era un profeta semejante a los profetas antiguos.[#6,15: Ver notas a Mt 11,14 y 16,14.]
16Al oír Herodes todo esto afirmó:
— Este es Juan. Yo mandé que lo decapitaran, pero ha resucitado.
17Y es que el mismo Herodes había hecho arrestar a Juan y lo tuvo encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la esposa de su hermano Filipo, con la que se había casado.[#6,17: Ver nota a Mt 14,3.; #Lv 18,16; Lc 3,19-20.]
18Pues Juan había dicho a Herodes:
— No te es lícito tener a la mujer de tu hermano.
19Por eso, Herodías lo odiaba y quería matarlo, pero aún no había encontrado la ocasión propicia,
20ya que Herodes temía a Juan sabiendo que era un hombre recto y santo; lo protegía y hasta lo escuchaba con agrado, aunque siempre se quedaba desconcertado.
21Por fin se presentó la oportunidad cuando Herodes, el día de su cumpleaños, dio un banquete a los grandes de su corte, a los jefes militares y a la gente más importante de Galilea.
22Durante el banquete salió a bailar la hija de Herodías; y tanto les gustó a Herodes y a sus invitados que el rey dijo a la muchacha:[#6,22: Ver nota a Mt 14,6.]
— Pídeme lo que quieras y yo te lo daré.
23Una y otra vez le juró:
— ¡Te daré todo lo que me pidas; hasta la mitad de mi reino!
24La muchacha fue entonces a preguntar a su madre:
— ¿Qué pido?
Su madre le dijo:
— La cabeza de Juan el Bautista.
25Volvió a toda prisa la muchacha y pidió al rey:
— Quiero que me des ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.
26El rey se entristeció al oír esta petición; pero, como se había comprometido delante de los invitados con su juramento, no quiso desairarla.
27Así que el rey envió a un soldado con la orden de traerle la cabeza de Juan. El soldado fue a la cárcel, le cortó la cabeza
28y la trajo en una bandeja. Luego se la entregó a la muchacha y la muchacha se la dio a su madre.
29Cuando los discípulos de Juan se enteraron de lo ocurrido, fueron a pedir su cadáver y lo pusieron en un sepulcro.
30Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le comunicaron todo lo que habían hecho y enseñado.[#8,1-9; Mt 15,32-38.; #Lc 10,17.]
31Jesús les dijo:
— Vengan aparte conmigo. Vamos a descansar un poco en algún lugar solitario.
Porque eran tantos los que iban y venían que no les quedaba ni tiempo para comer.
32Así que subieron a una barca y se dirigieron, ellos solos, a un lugar apartado.
33Muchos vieron alejarse a Jesús y a los apóstoles y, al advertirlo, vinieron corriendo a pie por la orilla, procedentes de todos aquellos pueblos, y se les adelantaron.
34Al desembarcar Jesús y ver a toda aquella gente, se compadeció de ellos porque parecían ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.[#Mt 9,36.]
35Como se iba haciendo tarde, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron:
— Se está haciendo tarde y este es un lugar despoblado.
36Despídelos para que vayan a los caseríos y aldeas de alrededor a comprarse algo para comer.
37Jesús les contestó:
— Denles de comer ustedes mismos.
Ellos replicaron:
— ¿Cómo vamos a comprar nosotros la cantidad de pan que se necesita para darles de comer?
38Jesús les dijo:
— Miren a ver cuántos panes tienen.
Después de comprobarlo, le dijeron:
— Cinco panes y dos peces.
39Jesús mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde.
40Y formaron grupos de cien y de cincuenta.
41Luego él tomó los cinco panes y los dos peces y, mirando al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente. Lo mismo hizo con los peces.
42Todos comieron hasta quedar satisfechos;
43aun así se recogieron doce cestos llenos de trozos sobrantes de pan y de pescado.
44Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.[#6,44: A diferencia de Mt 14,21, Mc y Lc no dicen explícitamente que en esta cifra no se incluyen las mujeres y los niños, pero al utilizar el término “varones”, lo suponen.]
45A continuación Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca para que llegaran antes que él a la otra orilla del lago, frente a Betsaida, mientras él despedía a la gente.
46Cuando los hubo despedido, se fue al monte para orar.[#1,35; 3,13; 9,2; Lc 3,21; 5,16; 6,12; Jn 6,15.]
47Al llegar la noche, la barca ya estaba en medio del lago, mientras Jesús se hallaba solo en tierra firme.[#6,47.48.49: Lit. . Ver nota a Mt 4,18.]
48Ya en las últimas horas de la noche, viendo que estaban casi agotados de remar, porque el viento les era contrario, Jesús se dirigió hacia ellos andando sobre el lago y haciendo ademán de pasar de largo.[#6,48: Lit. . Ver nota a Mt 14,25.; #(Ver Sal 77,20; Jb 9,8).]
49Cuando ellos lo vieron caminar sobre el lago, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar.[#Lc 24,37.]
50Todos lo vieron y se asustaron; pero Jesús les habló en seguida, diciéndoles:
— Tranquilícense, soy yo. No tengan miedo.
51Luego subió a la barca con ellos, y el viento cesó. Ellos no salían de su asombro,[#4,39.]
52pues no habían comprendido lo sucedido con los panes y aún tenían la mente embotada.
53Cruzaron el lago, tocaron tierra en Genesaret y atracaron allí.[#6,53: Ver nota a Mt 14,34.]
54Cuando desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús
55y de toda aquella región se apresuraron a llevar en camillas a toda clase de enfermos a donde habían oído que estaba Jesús.[#1,32-34.]
56Y allí adonde él llegaba, ya fueran aldeas, pueblos o caseríos, ponían a los enfermos en las plazas y le suplicaban que les permitiera tocar aunque sólo fuera el borde del manto. Y cuantos lo tocaban recuperaban la salud.