SABIDURÍA 19

Los israelitas pasan el mar Rojo; los egipcios sucumben en él

1Pero sobre los impíos se abatió hasta el final

el azote de tu cólera implacable,

pues tú conocías de antemano cuál sería su conducta:

2sabías que los egipcios urgirían la salida de tu pueblo,

para perseguirlo después, cambiando de opinión.

3Estaban aún, en efecto, celebrando los funerales

y llorando junto a las tumbas de sus muertos,

cuando tramaron otro plan insensato

y se pusieron a perseguir como fugitivos

a quienes antes habían suplicado que se marcharan.

4El destino, que bien merecido tenían, los arrastró[#19,4: La traducción literal del término griego aquí utilizado sería: El autor de Sb evoca con este término la actitud obstinada del faraón, actitud que se describe como culpable y no como un ciego determinismo.]

hasta el punto de no tener en cuenta el pasado

y hacerse acreedores de un tormento que aún faltaba,

para completar del todo su castigo.

5Así, mientras tu pueblo realizaba una prodigiosa travesía,

a ellos les tocó en suerte una insólita muerte.

6La creación entera, obedeciendo tus órdenes,

cambió su forma natural de comportarse

para que tus hijos no sufrieran daño alguno.

7Se vio cómo la nube daba sombra al campamento,

y cómo, donde antes había agua, emergía la tierra seca.

El mar Rojo se convirtió en vereda transitable

y las impetuosas olas en verde llanura por donde,

8al amparo de tu poder, pasó entera una nación

contemplando prodigios asombrosos.

9Eran como caballos pastando en la pradera,

como corderos triscando en la vaguada,

mientras te alababan a ti, Señor, su libertador.

10Recordaban aún lo sucedido en su destierro,

cuando la tierra produjo mosquitos

haciendo las veces de la natural reproducción;

cuando el río, en lugar de peces,

vomitó una ingente cantidad de ranas.

11Más tarde tendrían ocasión de ver

una nueva forma de originarse las aves,

cuando hambrientos pidieron manjares delicados

12y, para saciarlos, llegaron codornices desde el mar.[#19,12: Lit. , como si las originase el mismo mar, igual que los mosquitos procedían de la tierra y las ranas del río.]

Los egipcios tan culpables como los habitantes de Sodoma

13Se abatió, pues, el castigo sobre los pecadores,

no sin el aviso precursor de aterradores truenos.

Fue un duro sufrimiento en justo pago a su maldad,

por haberse portado tan cruelmente con los extranjeros.

14Si algunos no acogieron a visitantes desconocidos,[#19,14: Se refiere a los habitantes de Sodoma que según Gn 19,4-5 violaron gravemente la ley de la hospitalidad y se hicieron acreedores a un devastador castigo (Gn 19,24-25).]

los egipcios trataron como esclavos

a quienes les habían prestado buenos servicios.

15Más aún, si [los de Sodoma] serán castigados[#19,15: Lit. Ver nota a Sb 2,20.]

por haber recibido hostilmente a extranjeros,

16no lo serán menos los egipcios, ya que,

habiendo recibido amigablemente a los israelitas

y habiéndoles reconocido sus derechos,

los sometieron cruelmente a trabajos forzados.

17Por eso fueron también heridos de ceguera

como los que, a la puerta de la casa del justo Lot,

quedaron envueltos en una espesa oscuridad

y buscaban a tientas cómo entrar en su propia casa.

Maravillosa transformación de la naturaleza

18Los elementos naturales cambiaron sus propiedades,

como los sonidos del arpa pueden cambiar de ritmo

manteniendo inalterado el mismo tono.

Así lo prueban los acontecimientos sucedidos:

19los animales terrestres se transformaban en acuáticos,

los que nadan, paseaban por tierra firme;

20el fuego incrementaba en el agua su potencia

y el agua olvidaba su capacidad extintora.

21Las llamas, por su parte, no consumían

a los indefensos animales que merodeaban por allí,

ni derretían aquella especie de manjar divino

parecido a la escarcha que tan fácilmente se derrite.

22Y es que en toda circunstancia, Señor,

has hecho grande y glorioso a tu pueblo.

¡Jamás has dejado de socorrerlo

en todo tiempo y en cualquier lugar!

La Biblia Hispanoamericana (BHTI) Traducción Interconfesional versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2011 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain