Salmos 28

SALMO 28

Plegaria pidiendo ayuda, y alabanza por la respuesta

1A ti clamaré, Jehová.

¡Roca mía, no te desentiendas de mí,

no sea que, dejándome tú,

llegue a ser semejante a los que descienden al sepulcro!

2Oye la voz de mis ruegos

cuando clamo a ti,

cuando alzo mis manos

hacia tu santo Templo.

3No me arrebates juntamente con los malos

y con los que hacen iniquidad.

Ellos hablan paz con sus prójimos,

pero la maldad está en su corazón.

4Dales conforme a su obra

y conforme a la perversidad de sus hechos.

Dales su merecido conforme a la obra de sus manos.

5Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová

ni a la obra de sus manos,

¡él los derribará y no los edificará!

6¡Bendito sea Jehová,

que oyó la voz de mis ruegos!

7Jehová es mi fortaleza y mi escudo;

en él confió mi corazón y fui ayudado,

por lo que se gozó mi corazón.

Con mi cántico lo alabaré.

8Jehová es la fortaleza de su pueblo

y el refugio salvador de su ungido.

9Salva a tu pueblo

y bendice a tu heredad;

pastoréalos y susténtalos para siempre.

Texto: Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblica Unidas, 1995. Notas: Notas de Estudio Reina-Valera 95 © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. 
Published by: United Bible Societies