SALMOS 109

SALMOS 109

Dios, no te quedes callado

1No te quedes callado, Dios de mi alabanza,[#35,12.19.22.]

2que las bocas malvadas y embusteras

se han abierto contra mí,

con mentiras me han hablado.

3Con palabras de odio me acosan,

me atacan sin motivo alguno.

4En pago de mi amistad, me acusan

y yo no hago sino interceder por ellos.

5Me devuelven mal por bien,

odio en pago de mi amor.

[Dicen:]

6«Nombra en su contra a un malvado,

que en lugar de abogado tenga un fiscal,

7que al juzgarlo lo condenen,

que su demanda se torne en condena.

8Que sea breve su vida,

que otro ocupe su cargo;

9queden huérfanos sus hijos,

quede viuda su esposa;

10que sus hijos vaguen y mendiguen,

que los echen de sus casas en ruinas.

11Que el acreedor le embargue cuanto tiene,

que saquee sus bienes gente extraña,

12que no haya quien lo trate bien

ni sienta piedad de sus huérfanos.

13Que sea destruida su descendencia,

borrado su nombre en la generación siguiente;

14que la culpa de su padre se recuerde ante el Señor,

que el pecado de su madre no se olvide,

15que el Señor los tenga siempre presentes

y borre de la tierra su recuerdo.

16Porque olvidó hacer el bien,

persiguió al oprimido y al pobre,

al afligido para darle muerte.

17Amaba la maldición: que caiga sobre él;

odiaba la bendición: que de él se aleje.

18La maldición lo vestía como un manto:

que penetre como agua en sus entrañas

y como aceite en sus huesos,

19que sea para él cual vestido que lo cubra,

como cinturón que lo ciña para siempre».

20Así pague el Señor a quienes me acusan,

a quienes hablan mal de mí.

21Pero tú, Señor, Dios mío,

actúa en mi favor honrando tu nombre,

por tu bondadoso amor, sálvame.

22Yo soy un pobre y desvalido,

tengo desgarrado el corazón.

23Como sombra que declina voy cayendo,

como a un saltamontes me espantan.

24Mis rodillas flaquean por el ayuno,

mi cuerpo languidece privado de alimento.

25Soy para ellos motivo de burla,

me ven y mueven la cabeza.

26Señor, Dios mío, ayúdame,

sálvame por tu amor,

27para que sepan que aquí está tu mano,

que tú, Señor, lo has hecho.

28Que ellos maldigan mientras tú bendices,

que sean humillados

mientras tu siervo se alegra;

29que cubra la infamia a quienes me acusan,

que la vergüenza los envuelva como un manto.

30Con mi boca daré gracias al Señor,

entre la multitud lo alabaré,

31porque es el abogado del pobre

para salvarlo de los jueces.

La Palabra (BLPH) versión hispanoamericana Copyright © Sociedad Bíblica de España, 2010 Utilizada con permiso
Published by: Bible Society of Spain