The chat will start when you send the first message.
1Esto me mostró Dios el Señor: Había una cesta de fruta madura,
2y él me preguntó:
—¿Qué ves, Amós?
—Una cesta de fruta madura —respondí.
Y me dijo el Señor:
—Ya Israel está maduro; no le voy a perdonar ni una vez más.
3Ese día los cantos del palacio se volverán lamentos. Mucha gente morirá, y en silencio serán arrojados fuera sus cadáveres. El Señor lo afirma.[#8.3 alusión al día del Señor. Véase Am 5.18 nota.]
4Oigan esto, ustedes que oprimen a los humildes y arruinan a los pobres del país;
5ustedes que dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender el trigo? ¿Cuándo pasará el sábado, para que vendamos el grano a precios altos y usando medidas con trampa y pesas falsas?[#8.5 El primer día del mes lunar era una fiesta religiosa, en la que se suspendían las actividades comerciales. Véase Sal 81.3(4) n. Cf. también Nm 28.11-15; 1 S 20.5; 2 R 4.23.; #8.5 Lv 19.35-36; Dt 25.13-16; Pr 11.1; Miq 6.10-11.]
6¡Arruinaremos a los pobres hasta que ellos mismos se nos vendan como esclavos para pagar sus deudas, aunque solo deban un par de sandalias! ¡Venderemos hasta el desecho del trigo!»[#8.6 Véase Am 2.6 nota.]
7El Señor ha jurado por la gloria de Jacob: «Nunca olvidaré lo que han hecho.»[#8.7 La gloria de Jacob es el mismo Señor, de manera que esta expresión tiene aquí el valor de un nombre divino. Véase Am 7.2 nota.]
8¿Y no habrá de temblar la tierra por todo esto?
¿No habrán de llorar todos sus habitantes?
¡La tierra subirá y bajará,
como suben y bajan las aguas del Nilo!
9«Ese día —afirma el Señor—,[#8.9 Véase Am 5.18 nota.]
haré que se oculte el sol al mediodía,
y en pleno día cubriré de oscuridad la tierra.
10Cambiaré las fiestas en llanto por los muertos,
y los cantos en lamentos fúnebres;
haré que ustedes se vistan de luto,
y que se rapen la cabeza en señal de dolor.
Llorarán como el que ha perdido a su único hijo,
y todo acabará en amargura.
11Vienen días —afirma el Señor—
en los cuales mandaré hambre a la tierra;
no hambre de pan, ni sed de agua,
sino hambre de oír la palabra del Señor.
12La gente andará errante,
buscando la palabra del Señor;
irán de un mar al otro mar,
y desde el norte y hasta el oriente,
pero no podrán encontrarla.
13Hermosas muchachas y valientes muchachos
se desmayarán de sed ese día.
14Los que juran por los ídolos de Samaria;[#8.14 Lit. el pecado de Samaria. Algunos intérpretes ven aquí una alusión al becerro de oro instalado en el santuario de Betel por iniciativa de Jeroboam I, rey de Israel (cf. 1 R 12.28-29; Os 8.5-6).]
los que dicen: “Por vida de tu dios, oh Dan”,
“Por vida de los dioses de Beerseba”,
caerán para no levantarse más.»