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1Así que sean mis imitadores como yo soy de Cristo, es decir, que sigan mi ejemplo como yo sigo el ejemplo de Cristo.
2Los felicito, mis queridos hermanos, porque ustedes siempre se acuerdan de mí y practican las enseñanzas que les transmití.
3Quiero que ustedes recuerden que Cristo es la cabeza de todo esposo, y que el esposo es la cabeza de la esposa, y Dios es la cabeza de Cristo.[#κεφαλὴ (kefalé), sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, caso nominativo singular, traduce: cabeza en sentido biológico, una persona o soldado que encabeza el escuadrón. La palabra cabeza en griego tiene dos significados específicos, el primero describe una parte del cuerpo, es decir, la cabeza; el segundo significado se refiere a personas, en este caso a los soldados humildes de rango inferior. Ellos eran colocados al frente de la batalla, servían como escudos humanos a los que estaban en la retaguardia, encabezaban al grupo mayoritario, y por lo general eran los que primero morían, por tal razón eran conocidos con la frase “carne de cañón” porque protegían a sus superiores. El trasfondo de la palabra griega viene del término hebreo רֹאשׁ (rosh), que también tenía las dos connotaciones mencionadas, pero la palabra griega κεφαλὴ (kefalé) no da la idea directa de “jefe”, más bien la palabra específica que sí traduce jefe, gobernante, oficial, autoridad es (árjon).]
4Si un hombre, cuando ora o cuando profetiza, se cubre la cabeza, no respeta a Cristo, quien es su cabeza; es decir, deshonra al Señor.
5En cambio, si una mujer no se cubre la cabeza cuando ora o cuando profetiza, deshonra a su esposo, quien es su cabeza; eso sería como si se hubiera rapado la cabeza, permitiendo ser confundida con una prostituta sagrada del templo pagano, faltando así el respeto a su esposo, y mucho peor, irrespetándose a sí misma.[#“Cubrirse la cabeza”, está relacionado con el tema del velo, así que esta prescripción nos enfrenta a un problema cultural que nos resulta lejano. En la época antigua, en la cultura judía, como en otras culturas, la mujer llevaba un pañuelo sobre la cabeza como señal de pudor (Nm. 5:18), si una mujer no tenía cubierta la cabeza, era sospechosa de adulterio. Para entender esta situación propia del texto, mencionaremos una breve descripción histórica sobre la ciudad de Corinto. Era una pequeña isla, ciudad de tránsito, ubicada estratégicamente entre dos mares, el puerto situado en Corinto unía Oriente con Occidente a través del tráfico terrestre y comercio que llegaba a la ciudad. La componían diversas culturas: persas, medos, partos, entre otros. Corinto era conocida por su famoso santuario pagano que se encontraba ahí, al igual que otras ciudades tenían santuarios paganos.]
6Si la mujer no se cubre la cabeza, es como si estuviera con la cabeza rapada, sin embargo, ya que culturalmente, para una mujer es motivo de vergüenza cortarse todo el cabello o raparse la cabeza, entonces es mejor que se cubra, para evitar problemas.
7El hombre no debe cubrirse la cabeza porque fue hecho a imagen de Dios y refleja la gloria de Dios, y dentro de nuestra tradición judía, la mujer refleja la gloria de Dios, a través de su esposo.
8Porque fuimos enseñados, según las tradiciones más antiguas, que el hombre fue creado primero, y después la mujer.[#Las tradiciones más antiguas a las que se refiere Pablo posiblemente sean los relatos Gn. 2 y 3. Narrativa de la tradición Yahvista probablemente del siglo X a.C., época de oro del pueblo de Israel. Esta tradición presenta una visión más antropocéntrica de la creación, ya que el relato gira en torno al hombre y sus necesidades. Se describe en primer lugar la creación del hombre, posteriormente se relata la creación de los otros seres. Gn. 1 también relata la creación, sin embargo, presenta algunas divergencias con el relato Yahvista, se considera un relato sacerdotal, aproximadamente del siglo VI a.C., tiene una visión más teocéntrica y plantea la idea del ser humano como creación especial, aunque fue creado al último, es decir primero crea el entorno. También resalta que Dios crea al hombre y la mujer simultáneamente, a su imagen y a su semejanza, Gn. 1:27: “Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Entonces, Pablo en el versículo se estaría remitiendo a la tradición más antigua, la Yahvista.]
9El hombre no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del hombre.
10Por eso, la mujer debe cubrir su cabeza para tener autoridad espiritual.[#En las comunidades cristianas fundadas y lideradas por Pablo, las mujeres gozaban de libertad y protagonismo, por ejemplo, en la carta a los Romanos, las mujeres eran líderes reconocidas y respetadas, algo escandaloso para la cultura judía de ese tiempo. Los escritos del apóstol contienen nombres de mujeres líderes y colaboradoras directas en su ministerio, así como también en el ministerio de Jesús. En el caso de Corinto, se puede entender que las mujeres no tienen el mismo status que en la iglesia de Roma, debido a que la comunidad de Corinto experimentaba una situación de muchos excesos e influencia pagana, así que el apóstol Pablo responde de manera específica a esta iglesia para salvaguardar la autoridad espiritual de las mujeres y mantener el orden en las reuniones, incluso para proteger la dignidad de las mujeres cristianas de Corinto.]
11Sin embargo, aunque hemos citado las tradiciones judías más antiguas sobre la posición del hombre y de la mujer, en Cristo Jesús, el hombre no puede existir sin la mujer, ni la mujer sin el hombre, dependen el uno del otro.
12Es verdad, porque si bien es cierto que la mujer procede del hombre, también es cierto que el hombre nace de la mujer, aunque en realidad todo viene de Dios.
13Piensen ustedes mismos: ¿es correcto que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?
14¿No es costumbre nuestra que el hombre se corte el cabello por motivos de honra?
15En el caso de la mujer es lo contrario, según nuestras costumbres, para la mujer es honroso tener el cabello largo. Se le ha dado el cabello para que le cubra la cabeza.
16En conclusión, esa es nuestra costumbre y si alguien quiere hacer polémica por todo lo que les estoy diciendo, ni nosotros ni las iglesias de Dios, nos dedicamos a pelear por estas cosas.
17Ahora bien, lamentablemente tengo que corregirlos, hay algo en lo que no los felicito, ya que ustedes no se reúnen para lo mejor, sino para lo peor; sus reuniones causan más daño que edificación.
18Para empezar, he escuchado que cuando se reúnen como iglesia, hay divisiones entre ustedes y en parte lo creo.
19No hay duda de que habrá diferencias entre ustedes, pero así se identifica a los que son verdaderos cristianos.
20Cuando ustedes se reúnen, en realidad no están compartiendo la auténtica Cena del Señor,
21porque cada uno come sin esperar a los demás; entonces, unos quedan con hambre, porque no tienen nada que comer, mientras otros beben hasta emborracharse.[#Una tradición de la iglesia primitiva es la comida ágape, una comida comunitaria, donde todos compartían la mesa juntos y posteriormente aprovechaban este espacio para celebrar la Santa Cena. La comida ágape se celebraba comúnmente en las casas de los cristianos ricos de Corinto, y por lo general una casa lujosa, la cual tenía dos espacios, el atrio, parte externa de la casa, y el comedor, la parte interna. En la iglesia de Corinto se empezó a distorsionar el sentido de la comida, porque cuando la celebraban y en especial la Santa Cena, a los pobres los ubicaban en la parte del atrio y no participaban del banquete principal, solo comían lo que sobraba, por ejemplo, cebollas fritas. Ellos quedaban con hambre mientras que los amigos cercanos del anfitrión se ubicaban en el comedor y ellos degustaban los grandes banquetes, el vino costoso, emborrachándose y disfrutando de lo mejor.]
22¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les puedo decir? ¿Voy a elogiarlos por esto? ¡Claro que no! Eso no merece ninguna felicitación.
23Porque yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
24y después de dar gracias, lo partió y dijo:[#εὐχαριστήσας (eujaristésas), verbo sustantivado, en voz activa, modo participio, tiempo aoristo, caso nominativo, masculino, singular, traduce: habiendo dado gracias. Viene del verbo εὐχαριστέω (eujaristéo), significa estar agradecido, dar gracias. Pero el verbo amplía su significado, su etimología lo demuestra; se compone de dos palabras griegas: 1. El prefijo (eu), que también compone al verbo (jeurísko), traduce encontrar. El prefijo encierra en su significado la idea de transformación, de un cambio que conduce a la felicidad. Es muy conocida la palabra del matemático griego Arquímedes “Eureka”, él estaba realizando un experimento y necesitaba encontrar una respuesta que lo complaciera, cuando encontró lo que buscaba, gritó: (jéureka), significa “he encontrado algo que me llena de satisfacción y alegría”. Por ello, todas las palabras que lleven el prefijo (eu), tienen la connotación de una transformación que conduce a la felicidad. 2. El sustantivo (járis), significa gracia, el regalo que Dios da a través de su Hijo, es vivir la vida de Dios en Jesucristo. Entonces, el verbo (eujaristéo), en su significado originó la forma litúrgica de la Iglesia Primitiva, palabra que se usa en los relatos sobre la última cena de Jesús que narran los Evangelios. Acto que se volvió tradición en el cristianismo y es el centro de la celebración-adoración. Para la Iglesia Primitiva, la eukaristía era el acto supremo de adoración a Dios por medio de Cristo, la comida que compartían todos juntos, significa transformar la desgracia en gracia, pasar de la muerte a la vida, del dolor a la alegría.]
– Este es mi cuerpo que doy por ustedes; hagan esto en memoria de mí.
25De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo:
– Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Hagan esto todas las veces que lo necesiten, en memoria mía.
26Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, reviven en palabras y acciones la muerte del Señor hasta que Él venga.
27Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor indignamente, es decir, sin discernir el cuerpo de Cristo y vivir el significado de esta cena, será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor.
28Por eso cada uno debe examinarse a sí mismo, haciendo un autoanálisis de su conciencia y sus motivaciones antes de comer el pan o beber de la copa.
29Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo de Cristo, sin considerar su significado y despreciando a los que forman el cuerpo del Señor, come y bebe para su propia condena.
30Por eso muchos entre ustedes están débiles o enfermos, y otros ya están muertos.
31Pero si nos examináramos a nosotros mismos, y discerniéramos el cuerpo de Cristo, no seríamos juzgados;
32sin embargo, si somos juzgados por el Señor, Él nos disciplina para que aprendamos y para no tener que condenarnos junto con el mundo.
33En conclusión, hermanos, cuando se reúnan para participar en la Cena del Señor, espérense unos a otros; es decir, compartan los unos con los otros y vivan el significado de la Santa Cena.
34Si alguno tiene hambre, coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no se conviertan en un desorden y sea para condenación, porque se trata de una fiesta de amor.
Los demás temas pendientes, los solucionaremos cuando los visite.