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1Todo el que tiene fe en que Jesús es el Cristo, de Dios ha sido engendrado, y todo el que ama al que engendró a Jesús, es decir, al Padre, también ama a los hijos engendrados de Él, a los nacidos de Dios.[#(pisteúon), verbo sustantivado, voz activa, modo participio, tiempo presente, en caso nominativo masculino singular, traduce: el que tiene fe constantemente, viene del verbo (pisteúo) que significa una fe que se fundamenta en un conocimiento de Dios en Cristo Jesús que va a regir mi vida y mi carácter, así vamos adquiriendo la identidad de Dios por medio de Cristo. De (pístis) se formó (epistéme), de ahí viene la palabra epistemología.]
2En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos sacrificialmente y practicamos los mandamientos, estamos amando a Dios y a sus hijos.
3Porque demostramos un amor sacrificial a Dios cuando guardamos sus mandamientos que no son pesados.
4Pues todo aquel que ha sido engendrado por Dios, vence las tendencias pecaminosas del mundo; y esta es la victoria: practicar una fe por identidad en Dios a través de Cristo.
5¿Quién es el que vence constantemente las tendencias pecaminosas del mundo? El que tiene una fe por identidad de que Jesús es el Hijo de Dios.
6Este es el que vino mediante el agua y la sangre, Jesucristo; no solamente en agua, sino mediante el agua y la sangre; el Espíritu es el que testifica, pues el Espíritu es la verdad.
7Pues tres son los que testifican:[#En muchas versiones este versículo presenta una parte b, que dice: “en el cielo, el Padre, el verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”, no obstante, este fragmento no se encuentra en los manuscritos más antiguos, por esta razón, esta versión optó por omitirlo. Para más información se recomienda leer la introducción de la carta sobre el comma joannis.]
8el espíritu, el agua y la sangre; los tres están de acuerdo en su testimonio.
9Si aceptamos el testimonio de los hombres, más importante es el testimonio de Dios y este es el testimonio de Dios: su Hijo Jesucristo.
10El que tiene fe por identidad en el Hijo de Dios, tiene un testimonio que va más allá de las palabras, testifica con su propia vida a Jesús. El que no tiene fe en Dios, hace que Dios parezca mentiroso, porque el mismo Dios, a través de su Hijo Jesús testificó con su vida y el que no cree que Jesús es el Hijo de Dios no ha aceptado el testimonio de Dios.
11Este es el testimonio: el mismo Dios nos dio la vida eterna en Jesucristo y esta vida consiste en vivir a Jesús.
12Quien tiene a Jesucristo posee la vida verdadera, la cual permite el desarrollo pleno de todas las capacidades: espirituales, emocionales, físicas, éticas y más. Aquel que no tiene a Jesucristo carece de esta vida plena.
13Estas cosas les escribí, para que estén seguros que ustedes sí tienen la vida eterna porque tienen una auténtica fe en la persona y en la obra de Jesucristo.
14Esta es la confianza que tenemos en Jesucristo: si le pedimos algo conforme a su voluntad, Él siempre nos escucha.
15Sabemos que Él siempre nos escucha y conoce todas nuestras peticiones.
16Si alguien está pecando, pero no comete pecado de muerte, puede pedir a Dios, y Él le dará vida. Para aquellos que cometen pecados que no son de muerte, hay esperanza; aunque también existen pecados de muerte, a los cuales no me estoy refiriendo.
17Toda injusticia es pecado, pero no todo pecado lleva a la muerte.
18Sabemos que todo aquel que ha sido engendrado por Dios no continúa en el pecado, porque el que fue engendrado por Dios es protegido por Él mismo de las artimañas malignas del enemigo.
19Conocemos que pertenecemos a Dios, y que las tendencias pecaminosas del mundo se fundamentan en la maldad.
20También sabemos que el Hijo de Dios está aquí, y nos ha dado sabiduría para que conozcamos íntimamente al verdadero Dios; y estamos con Él, el verdadero Cristo, Hijo de Dios, quien es el Dios verdadero y la vida eterna.
21Queridos hijos, cuídense ustedes mismos de la idolatría.