MARCOS 4

MARCOS 4

Parábola del agricultor

1Jesús empezó a enseñar nuevamente junto al lago; y se reunió una multitud tan grande que Él entró en una barca y se sentó para hablar desde allí y toda la gente estaba en la orilla del lago.

2Jesús exponía su enseñanza a través de parábolas o comparaciones:[#(parabolaís), sustantivo femenino, primera declinación, tercera sección, dativo plural, traduce: en parábolas, en comparaciones. El nominativo (parabolé) tiene su origen en el término hebreo משל (mashal), significa comparación. Desde esta definición, la parábola es una comparación continuada, tiene una moraleja o enseñanza y los componentes de la parábola son verosímiles, son creíbles. La parábola es de origen judío; los rabinos usaban esta figura literaria para ilustrar un aspecto de la ley, de la Torah. Jesucristo tomó las parábolas rabínicas y las adaptó para su enseñanza. Jesús utiliza en su predicación las parábolas con la finalidad de ilustrar un aspecto del reino.]

3– ¡Escuchen con atención! Un agricultor salió a sembrar;

4aconteció que al esparcir las semillas, algunas cayeron junto al camino, vinieron las aves y se las comieron.

5Otras cayeron en terreno pedregoso donde no había mucha tierra, y brotaron rápidamente, ya que sus raíces no profundizaron por causa de las piedras;

6pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y como no tenían raíces profundas, se secaron.

7Otras semillas cayeron entre espinos, los cuales crecieron y ahogaron a las plantas, impidiéndoles dar frutos.

8Sin embargo, otras semillas cayeron en buena tierra, brotaron, crecieron y dieron frutos, llegando a producir un treinta por ciento, sesenta por ciento, cien por ciento e incluso más.

9Jesús concluyó su explicación diciendo:

– El que tenga oídos para escuchar, que escuche.

La finalidad de las parábolas

10Cuando se quedó solo con los doce y algunas personas más, le preguntaron acerca de las parábolas.

11Jesús les dijo:

– A ustedes, que son mis discípulos, ha sido revelado el misterio del reino de Dios; pero a los que no son mis discípulos, les enseño por medio de parábolas o comparaciones, para que entiendan muchas cosas.

12Esto se debe a que hay muchas personas que ven pero no comprenden, oyen pero no escuchan, a menos que se conviertan y se arrepientan, así podrán entender los misterios del reino.[#Cita a Is. 6:9-10.]

Explicación de la parábola del agricultor

13Jesús añadió diciendo:

– ¿No entendieron esta parábola? Entonces, ¿cómo entenderán las otras?

14El agricultor representa al que anuncia la palabra transformadora.

15Las semillas que cayeron junto al camino representan las personas que escucharon la Palabra, pero enseguida vino Satanás y quitó la Palabra transformadora que había sido sembrada en ellas.

16Las semillas que fueron sembradas en terrenos pedregosos simbolizan las personas que escuchan la Palabra y la reciben con mucho entusiasmo;

17pero como no tienen raíces profundas, son inconstantes y cuando vienen las persecuciones o los problemas de la vida, ellos se alejan, ya que la Palabra no profundizó en sus corazones.

18Las semillas que fueron sembradas entre espinos representan a los que oyeron la Palabra,

19pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas, y los malos deseos que entraron en sus corazones, ahogaron la Palabra transformadora, y esta se hizo infructuosa en ellos.

20Las semillas que fueron sembradas en buena tierra simbolizan las personas que escuchan la Palabra transformadora, la ponen en práctica y producen frutos, a treinta, a sesenta, a cien por ciento y hasta más.

Parábola de la lámpara

21Jesús les dijo:

– ¿Acaso se enciende una lámpara para ponerla debajo de la mesa o de una cama? ¿No sería mejor ponerla encima de la mesa?

22Porque no hay nada oculto que no haya de ser descubierto; nada que se haya hecho a escondidas quedará sin salir a la luz públicamente.

23Si alguien tiene oídos para escuchar, que escuche.

24Les dijo también:

– Pongan mucha atención a lo que escuchan, con la medida que miden a otros, serán medidos y aún se les exigirá más.

25Porque al que tiene, se le dará más; y al que no tiene, aún lo poco que tiene, le será quitado.

Parábola de la semilla que crece

26Jesús continuó hablando:

– Así comparo al reino de Dios, con un agricultor que echa la semilla en la tierra;

27luego, se acuesta, se levanta, noche y día, mientras brota la semilla. Después, empieza a nacer la planta, va creciendo y el agricultor no sabe cómo.

28La tierra por sí misma produce el desarrollo de la planta: primero se produce el tallo, después la espiga y luego los granos que llenan la espiga;

29y cuando el fruto está listo, es recogido, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.

Parábola del grano de mostaza

30Jesús añadió:

– ¿Con qué compararemos el reino de Dios? ¿Qué parábola podemos usar para explicarlo?

31El reino de Dios es semejante a un grano de mostaza, que es la semilla más pequeña;

32pero cuando se siembra, crece y se convierte en una de las hortalizas más grandes, con enormes ramas, en las que hasta los pájaros hacen nidos.

Uso de las parábolas

33Jesús usaba varias parábolas para explicar la Palabra transformadora, de acuerdo con la capacidad de compresión de sus oyentes.

34Y sin parábolas Él no enseñaba, pero en privado a sus discípulos les explicaba de una forma más detallada.

Jesús calma la tempestad

35En este mismo día, al anochecer, dijo a sus discípulos:

– Pasemos al otro lado.

36Y dejando la multitud, se fueron con Jesús en la barca donde Él estaba. También había otras barcas junto a ellos.

37De pronto se levantó una gran tempestad, y las olas azotaban la barca, llegando incluso a llenarla de agua.

38Jesús estaba durmiendo en la parte trasera del barco con la cabeza recostada, cuando lo despertaron y le dijeron:

– ¡Maestro! ¿No te importa que nos vamos a ahogar?

39Jesús se levantó, reprendió al viento y le dijo al lago:

– ¡Cállate y tranquilízate!

De inmediato el lago y el viento se calmaron y todo se quedó completamente tranquilo.

40Y les dijo a sus discípulos:

– ¿Por qué son tan cobardes? ¿Acaso no tienen fe?

41Ellos tuvieron mucho miedo, y se decían los unos a los otros:

– ¿Quién es este, que hasta el viento y el lago le obedecen?

Proyecto Evanggelio: Traducción Contemporánea de la Biblia. Copyright ©. 2022 por Yattenciy Bonilla. Todos los derechos reservados. https://proyectoevanggelio.org/
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