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1El Señor envió un mensaje a través de Joel, hijo de Petuel.
2Escuchen esto, ancianos. Presten atención todos los que habitan la tierra. ¿Alguna vez ha ocurrido algo semejante a esto en su experiencia o la de sus antepasados?
3Enseñen esto a sus hijos, y que ellos también enseñen a sus hijos, y sus hijos a la siguiente generación.
4Lo que dejaron las langostas devastadoras, se lo han comido las langostas acaparadoras; lo que dejaron las langostas acaparadoras, se lo han comido las angostas saltamontes; y lo que han dejado las langostas saltamontes, se lo han comido las langostas destructoras.[#1:4 Es incierto si estos términos para referirse a langostas se refieren a diferentes especies o a distintas etapas del ciclo de vida de una langosta.]
5¡Despierten, borrachos, y lloren! ¡Giman, bebedoresde vino, porque les han arrebatado el vino nuevo de la boca!
6Una nación ha invadido mi tierra: es poderosa y son tantos que no se pueden contar. Sus dientes son como de león, sus muelas como de leona.
7Han arruinado mis viñedos y ha desruído mis higueras, las ha pelado por completo, reduciéndolas a apenas unas cepas blancas y desnudas.
8Giman como una novia vestida de silicio, lamentando la muerte de su prometido.[#1:8 Esta es la imagen de una mujer comprometida con un hombre que muere antes de que el matrimonio sea consumado.]
9Ha cesado la ofrenda de grano y de vino en el Templo. Los sacerdotes y ministros se lamentan ante el Señor.[#1:9 Literalmente, “casa del Señor”.]
10Los campos están devastados, y la tierra gime porque el grano está arruinado, el nuevo vino se seca, y escasea el aceite de oliva.
11Sientan pena, granjeros, y lloren ustedes, viñadores, porque las cosechas han quedado destruidas.
12Los viñedos están resecos, y la higuera se marchita; los árboles de granada, palma y durazno, todos los árboles frutales se han secado, al tiempo que la felicidad del pueblo.[#1:12 Esta fruta es más probable que la manzana, a diferencia de como generalmente se traduce.]
13¡Vístanse de silicio sacerdotes, y giman! ¡Lloren ustedes, los que ministran ante el altar! Vayan y pasen la noche vestidos con silicio, ministros de mi Dios, porque las ofrendas de grano y vino han cesado en el Templo.
14Proclamen ayuno, y convoquen una reunión santa. Llamen a los ancianos y al pueblo para que se reúnan en el Templo, y clamen a su Dios, al Señor.
15¡Oh qué día terrible! Porque el día del Señor está cerca, y vendrá como destrucción del Todopoderoso.
16¿No hemos visto como se han llevado la comida frente a nuestros ojos? No hay gozo ni alegría en el Templo de Dios.
17Las semillas plantadas en el suelo se marchitan; los galpones están vacíos, y los graneros están destruidos porque el grano se ha secado.[#1:17 El término hebreo en este versículo no es claro. La Septuaginta griega en la primera parte del verso dice: “las vaquillas saltan a sus pesebres”.]
18Los animales de la granja gimen de hambre. Los rebaños de ganado deambulan por todas partes porque no encuentran hierba para comer, y el rebaño de ovejas sufre.
19¡A ti, Señor, clamo! Porque el fuego ha destruido la hierba en el desierto. Las llamas han quemado las huertas.[#1:19 Joel deja en claro que está llamando a Yahweh, mientras que muchos de sus compatriotas pedirían ayuda a Baal, el dios de la fertilidad.]
20Hasta los animales en las granjas anhelan tu ayuda porque los arroyos se han secado, y el fuego ha destruido los pastizales en el desierto.